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La Audiencia Nacional condenó a siete años y medio de cárcel al líder de la mafia ruso-georgiana instalada en España y que fue detenido en la "operación Avispa", Zakhar Kniazevich Kalashov. Junto a éste, también fueron sentenciados a penas inferiores otros cinco miembros por un delito de blanqueo de capitales.

El tribunal acordó, además, la expulsión de Kalashov, que quedó en libertad bajo fianza el pasado marzo mientras esperaba la sentencia, de territorio español en el caso de que acceda al tercer grado penitenciario o una vez que haya cumplido las tres cuartas partes de la condena, con la prohibición de regresar en el plazo de diez años.

La sala, que le obligará además a pagar una multa de 20 millones de euros, le condenó por un delito continuado de blanqueo de capitales, aunque le absolvió del de asociación ilícita, al haber sido condenado a nueve años de cárcel por el equivalente de pertenencia a la comunidad de ladrones por el Juzgado Municipal de Tbilisi (Georgia) en octubre de 1996.

Nada más conocerse la sentencia tanto la Fiscalía Anticorrupción, como el letrado del condenado informaron de que van a recurrir el fallo ente el Tribunal Supremo. Así lo aseveraron tanto fuentes del Ministerio Público, que también acusaba a Kalashov de asociación ilícita y que había solicitado para él una pena de doce años y dos meses de prisión, como el abogado de éste, el ex magistrado Javier Gómez de Liaño, que aseveró que la sentencia supone un "extraordinario revés" para la Fiscalía.

Kalashov está considerado, según la Unidad central de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) como uno de los cinco capos de la mafia rusa más importante del mundo. El condenado es un "ladrón de ley", el máximo estatus que se puede obtener dentro de este tipo de organizaciones.

Al parecer, tiene tanto poder que seguía controlando su grupo criminal desde la cárcel a través de su hermano asentado en Barcelona, que a su vez, era tenía bajo su mando el grupo mafioso desarticulado en Valencia, Bilbao y Barcelona a principios de este año.