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La historia de Agustín S. y Miryam C. fue tormentosa desde un principio. Los malos tratos de él hacia ella quedaron acreditados en una sentencia que le obligaba a mantenerse alejado de su pareja. Le propinó un puñetazo en la cara que le dejó el ojo morado y la encerró en su piso para que nadie lo supiera.

Según el escrito de acusación, los malos tratos fueron a más llegando a retenerla, abusar sexualmente de ella y agredirla otra vez. El Ministerio Público pide 21 años de cárcel por los delitos de lesiones; obstrucción a la Justicia, agresión sexual; detención ilegal; quebrantamiento de condena y un delito contra la integridad moral por maltrato habitual.

Estos nuevos cargos comenzaron a gestarse la noche del 30 de abril de 2009. Miryam acudió a la discoteca Gurú con una amiga. Allí, el acusado trató de propasarse con ella. Ante la negativa de la chica, Agustín comenzó a agredirla en público. Tirones de pelo, patadas y puñetazos fueron la respuesta al "no" de Miryam. Los golpes iban cayendo sobre la chica hasta que un vigilante de seguridad de la discoteca se interpuso.

Segunda orden de alejamiento y prohibición de comunicarse con ella. El día 1 de mayo fueron las primeras llamadas. El día dos la siguió llamando. Quería convencerla de que se vieran. Ella se negó. Le mandó mensajes diciendo: "Para mí la orden de alejamiento no es nada, y en lo que tarda en llegar la policía, yo ya te he matado. Reúnete conmigo para retirar la denuncia". Miryam lo ignoró.

A media tarde, la joven bajó a la calle para comprar el regalo del día de la madre. Él estaba bajo. La obligó a subir al coche y la llevó hasta su casa. Ahí comenzó el calvario. En el piso le dio una patada en la cara y la violó. Tras varias horas de tira y afloja con su captor bajaron a un bar.

Durante el juicio le preguntaron a Miryam por qué no pidió socorro. Ella contestó: "No pedí auxilio porque no sabía qué me iba hacer, de qué era capaz". La joven siguió con su captor durante varias horas hasta que logró huir.

En el plenario, Agustín aseveró que sí que estuvo con ella esa noche, pero que las relaciones sexuales fueron consentidas. También agregó que ella era muy celosa y que se inventaba las cosas. Por su lado, Miryam explicó que "sólo quería que se marchara y me dejara en paz".