ocho detenidos, 700 kilos de hachís incautados y una red de narcobuzos desarticulada es el balance de una operación conjunta entre la Agencia Tributaria y la policía nacional. El sistema de introducción de la droga era, hasta ahora, inédito. Según fuentes policiales, los proveedores del estupefaciente lo fondeaban y anclaban a unos 20 metros de profundidad en unas coordenadas previamente acordadas, marcaban el punto con una boya y un buceador, provisto de un equipo de respiración autónoma, recogía el material y lo transportaba hasta la costa con una moto acuática.