Ni una palabra. Ni una sola palabra salió ayer de la boca de Mohammed D., acusado de matar a su ex pareja en Gandia, meterla en una maleta y quemar su cadáver en un merendero de Beniopa. El acusado se acogió a su derecho a no declarar y no quiso contestar, ni siquiera, a su propia letrada.

En la primera jornada del juicio, la fiscal encargada de la causa, le explicó al jurado las continuas palizas a las que Mohammed sometió a la víctima, Silvana A. de origen brasileño, durante tres años, hasta que finalmente decidió acabar con su vida asfixiándola con sus propias manos la noche del 4 de diciembre de 2008. Ese día era el cumpleaños de Silvana.

El Ministerio Público pide una pena de dieciocho años y medio de cárcel para el reo por los delitos de amenazas, homicidio y violencia física habitual.La abogada del acusado, por contra, solicitó la libre absolución al entender que no existen pruebas suficientes que vinculen a su cliente con la muerte de la chica. La Generalitat y el Gobierno central se han personado como acusación particular y demandan la misma pena que la Fiscalía.

Las pruebas contra Mohammed

Según fuentes jurídicas consultadas por Levante-EMV, las pruebas incriminatorias fundamentales de este caso consisten en una bolsa y un mechero que tienen las huellas dactilares del detenido, y que fueron halladas junto al cuerpo sin vida de Silvana en Beniopa.

Al parecer, dicho mechero fue utilizado para prender el fuego que prácticamente calcinó el cuerpo de la mujer brasileña.

La letrada de la defensa aseguró que, aunque las huellas fueran de su cliente, él no estuvo en el merendero de Beniopa donde supuestamente calcinó el cadáver. Explicó que no pudo ser Mohammed el homicida porque no tenía carné de conducir y, por tanto, no pudo transportar el cuerpo hasta allí desde Gandia, localidad en la que residía.

Durante la jornada de hoy está previsto que declaren los policías que realizaron la investigación y, a partir de mañana, acudirán los amigos de Silvana. Las mismas fuentes antes mencionadas afirmaron que los testimonios de estas personas son fundamentales, ya que muchos de ellos presenciaron los insultos, los golpes y las vejaciones a las que Silvana era sometida por Mohammed.

Según el escrito de acusación provisional, el Ministerio Público puede demostrar, al menos, ocho episodios de violencia del detenido sobre la víctima. El primero de ellos sucedió en 2005 en Sevilla. Al parecer, el imputado agredió a Silvana en la calle. Un juzgado de la capital hispalense dictó una orden de alejamiento del agresor sobre la mujer.

Además del episodio de Sevilla, la fiscal explica, entre otros hechos, que en 2008 Silvana tuvo que ir a dormir varios días a casa de una amiga suya porque, debido a la paliza recibida, tenía el cuerpo lleno de moretones y no quería que nadie supiera que Mohammed le había pegado.