«Me he salvado por tres segundos. Fue subir al andén y justo pasó el tren. Ni siquiera sonó el silbato antes de que llegara», relató John García, uno de los supervivientes del accidente de Castelldefels. Como él decenas de personas, la mayoría suramericanos, optaron por cruzar las vías del tren para llegar antes a la playa donde celebrar la verbena de San Juan. «He visto cosas horribles que nunca olvidaré. Detrás mío, el tren se llevó a muchos chavales por delante», añadió este testigo, de nacionalidad colombiana.
Por su parte, Fernando Ortega, otro testigo del suceso, explicó que el tren de Cercanías en el que viajaban las víctimas «iba muy lleno y todos muy apretados», por lo que al bajar los pasajeros en la estación de Castelldefels-Playa se produjo una gran aglomeración de gente en el andén. «No nos podíamos mover y la mayoría decidió saltar a las vías y cruzar al otro lado de la estación», argumentó Ortega. Además este testigo explicó que el Alaris apenas tuvo tiempo de reaccionar y que hizo sonar el pitido cuando ya empezaron a oirse fuertes golpes de los cuerpos contra el convoy sin que diera tiempo a nadie a reaccionar.
«Yo podría ser uno de los muertos si no hubiera visto el tren», añadió Ortega. «Hemos bajado del tren, todo el mundo ha cruzado la vía y el otro tren ha aparecido». «Si el tren que nos llevaba no se hubiera ido antes de llegar el otro tren nosotros no hubiéramos saltado a la vía. No sé porque no se coordinan», argumentó el joven.
Otros sin embargo, prefirieron esperar y pasar entre la multitud por el paso subterráneo. «El impacto me pilló cuando estaba pasando por abajo. Pensaba que eran petardos pero era gente que salía disparada», relató otro testigo.
La escena tras la tragedia era dantesca. «Todo estaba lleno de cuerpos y de sangre», recordaba Ginés Gil. Por su parte, Andrés, propietario del supermercado de la estación, añadió que escuchó un ruido «como de aplastar piedras, pero eran humanos».
Otros testigos criticaron la baja visibilidad en el paso. «No había luz y no se veía nada».
