Con rasgos similares al siniestro de tren registrado ayer en Castelldefels, Alicante sufrió en septiembre de 2002 un accidente ferroviario en el que perdieron la vida tres personas. Los hechos sucedieron en las inmediaciones de la partida de Aguamarga, en torno a las diez de la noche, cuando un grupo de 150 personas, miembros de la Unión Excursionista de Elche, realizaban una marcha nocturna por la costa entre la capital y Guardamar de Segura.

El grupo circulaba por las proximidades de las vías cuando para poder continuar la marcha las invadieron y fueron arrollados por un tren Talgo. A consecuencia del accidente fallecieron un hombre de 65 años y una niña de 12, y días después también perdía la vida en el hospital la madre de la pequeña de 50 años de edad. Más de una treintena de personas padecieron heridas físicas.

El caso motivó una complicada investigación que llegó a los tribunales el pasado año aunque los problemas en el desarrollo de la vista obligaron, tras varias sesiones, a suspender el proceso. Un juicio que está previsto que se retome en los juzgados de Alicante el próximo mes de septiembre.

La Fiscalía solicita para tres de los acusados -dos miembros de la Unión Excursionista- y el encargado del apeadero cercano al lugar del siniestro penas que oscilan entre los dos años y medio de prisión y los tres años y medio por tres delitos de imprudencia grave por homicidio y siete de imprudencia por lesiones.

El fiscal considera que el presidente de la citada agrupación, al igual que uno de sus vocales, actuaron "de manera absolutamente irresponsable" al no documentarse de manera exhaustiva sobre la zona por la que discurriría la marcha. Asimismo, el fiscal considera que el responsable del apeadero no advirtió al maquinista del tren de la presencia del grupo, pese a que vio que algunas personas cruzaban las vías.