La Guardia Civil ha detenido en un municipio de la Ribera Alta a un párroco de 39 años de edad acusado de haber abusado sexualmente de al menos dos niños de 13 y 14 años. Según las fuentes a las que ha tenido acceso Levante-EMV, el arresto se produjo el pasado viernes y es consecuencia de la denuncia presentada por las familias de los dos menores.

El sacerdote, que lleva ejerciendo nueve años en distintas parroquias de la provincia de Valencia, admitió los hechos durante su declaración ante el equipo de Policía Judicial que asumió la investigación, según distintas fuentes consultadas por este diario.

La denuncia fue interpuesta el pasado viernes por la mañana por familiares de ambos menores en el puesto de la Guardia Civil donde residen ambos y en el que se encuentra la parroquia en la que ejerce el inculpado. Este diario omite tanto el nombre de la iglesia como el municipio para preservar la identidad de los menores afectados.

Los guardias que recibieron la denuncia alertaron al equipo correspondiente de Policía Judicial, que se hizo cargo de la investigación y la instrucción del atestado policial.

En primer lugar, se entrevistaron con las víctimas, que expusieron los hechos. Según la información a la que ha tenido acceso este periódico, se trata de tocamientos y otros abusos sexuales, aunque en ningún caso llegó a haber penetraciones u otras agresiones sexuales.

Al parecer, los abusos comenzaron sobre uno de los menores, que atravesaba por un momento de inestabilidad emocional, y luego se extendieron al otro.

Detenido y llevado al cuartel

Tras escuchar a los niños, los agentes detuvieron al presunto pederasta y le tomaron declaración en el cuartel. El acusado admitió los hechos, tras lo cual fue puesto a disposición judicial en Alzira. Según la información a la que ha tenido acceso Levante-EMV, el juez que instruye el caso dejó en libertad provisional al acusado después de tomarle declaración, algo habitual en este tipo de casos de pederastia sin acceso carnal, dado que las penas de cárcel que les corresponden son muy bajas.

De hecho, en este asunto concreto, y dado que los niños tienen más de 13 años pero menos de 16, la pena que le correspondería al acusado, en caso de ser declarado culpable en el juicio, es de uno a dos años de prisión por cada delito, como máximo.

De momento, éstas dos son las únicas denuncias presentadas contra el párroco, quien, además, es profesor de la Universidad Católica en un municipio de Valencia.

En un comunicado, el Arzobispado de Valencia ha asegurado que desde el "mismo momento en que se tuvo conocimiento de los hechos" se le ha retirado al clérigo denunciado "todos los ministerios pastorales" y se le ha pedido "que se aleje de la comunidad en la que servía".

Igualmente, "se le ha rescindido, de forma inmediata, su relación laboral con la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir", donde daba clases.

En el comunicado, el Arzobispado añade que se han seguido "todas las indicaciones que el Santo Padre, a través de la Congregación para al Doctrina de La Fe, ha dispuesto para estos casos".

Por último, señala que el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, "siente profundamente los hechos denunciados, que nos avergüenzan y humillan", y muestra su confianza "en su pronta resolución ante los tribunales de Justicia".

Asimismo, expresa "su total disposición a prestar la ayuda que fuese necesaria a los afectados y sus familias".