Una docena de detenidos y 50.000 pastillas de éxtasis, que iban a ser distribuidas en locales de ocio de las playas valencianas y alicantinas, retiradas del mercado es el saldo del último, hasta ahora, mazazo a las redes de narcotraficantes que actúan en la Comunitat Valenciana.

La operación policial, que comenzó a gestarse a principios del verano con la incautación de las pastillas y la detención de uno de los presuntos integrantes de la red, culminó el pasado martes con el arresto de otra docena de presuntos narcos. Todos son de nacionalidad británica y guardan relación «comercial» con otra banda desarticulada a finales de agosto en Eivissa, que se cerró con 28 detenidos y 38.000 pastillas de éxtasis confiscadas, así como de cuatro kilos de cocaína.

La operación llevada a cabo el pasado martes fue realizada por agentes del Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil que tiene su sede en Alicante y que actúa en todo el territorio valenciano. Los investigadores del ECO, que contaron con la colaboración del Grupo Rural de Seguridad (GRS), entraron de manera simultánea en los domicilios de los sospechosos, en Torrevieja, Orihuela y otros municipios de la Vega Baja, a lo largo de la mañana del martes. La operación policial, para la cual los agentes actuaron encapuchados y fuertemente armados, causó alarma, primero, y expectación, después, entre los vecinos de las urbanizaciones donde residían los principales responsables del grupo.

Los doce detenidos, algunos de ellos con antecedentes, fueron puestos en la mañana del jueves a disposición de la juez de Instrucción número 2 de Torrevieja, responsable de la investigación. La magistrada, tras analizar el atestado elaborado por el ECO y escuchar a los detenidos, dictó prisión comunicada y sin fianza para todos ellos.

Los 50.000 éxtasis intervenidos a principios del verano, cuando un joven se disponía a embarcar con ellos en un coche para viajar a Eivissa, ya fueron entregados en su momento a Sanidad, que se encargará de su destrucción una vez concluyan los análisis habituales.

Con la desarticulación de este grupo, la Guardia Civil ha sacado de la calle a uno de los principales grupos de distribución de este tipo de estupefaciente en locales nocturnos de ocio tanto de las playas alicantinas, como de las valencianas. Además, en ocasiones intercambiaban mercancía con los arrestados durante la operación Flecha en Eivissa.

Persiguen a un traficante 30 kilómetros por la A-35

El pasado jueves por la noche se produjo una persecución «a la americana» por la autovía A-35 entre Canals y Picassent. Un vehículo camuflado de la Guardia Civil, que realizaba tareas de vigilancia, observó un coche sospechoso «por su elevada carga».

El vehículo, un Wolkswagen Touareg con matrícula francesa, circulaba en dirección a Valencia y la unidad de la Guardia Civil se puso detrás de él para seguirlo y proceder a su identificación. Tras unos kilómetros decidieron hacerle las luces largas para que se detuviera. El coche sospechoso paró en el arcén y en el momento en que los agentes bajaron de su vehículo y se dispusieron a abordarlo, éste arrancó y empezó la fuga a gran velocidad por la autovía, según explicaron fuentes de la Benemérita.

El vehículo, al ver que iba a ser alcanzado en plena autovía y que en breve podrían sumarse a la persecución más unidades, tomó la salida del centro penitenciario de Picassent y cogió un camino rural. En ese momento la Guardia Civil de Carlet ya se había puesto a colaborar en la persecución por carretera.

Tras una carrera por los caminos rurales del término municipal de Picassent, el conductor del vehículo se bajó y continuó la fuga a pie. Los agentes no pudieron localizarlo y en estos momentos continúa escapado y en busca y captura.

En el vehículo abandonado la Benemérita se incautó de 500 kilogramos de hachís, que en el mercado hubiera superado los dos millones y medio de euros. Las pastillas de droga se encontraban en cajones de naranja de unos 30 kilos de peso y empaquetadas en plástico, explicaron las mismas fuentes.