En estos tiempos que corren, con familias apuradas por llegar a fin de mes y las empresas centradas en una política de recortes económicos, algunos empresarios y particulares han visto en la manipulación de los contadores de la luz una buena forma de ahorrar dinero. Sin embargo, tarde o temprano los técnicos de Iberdrola detectan el fraude y, lo que a priori parecía una ingeniosa forma de ahorrarse unos euros, conlleva sanciones tanto para los usuarios infractores cómo para los instaladores que les ayudaron a delinquir.

Esto es lo que ha ocurrido esta semana en Valencia, después de que Iberdrola detectara hace unos días un fraude que ronda los 600.000 euros y que implica a dos importantes empresas valencianas. Por el momento, la policía nacional ha detenido a una persona en relación a estos hechos, según ha podido saber este periódico. El arrestado se hacía pasar, presuntamente, por instalador eléctrico y ofrecía a las empresas manipular su contador, a cambio de una suma de dinero no especificada por las fuentes, para reducir de esta forma su facturación eléctrica.

Fraude en el fluido eléctrico

Según fuentes de la compañía eléctrica, los inspectores de Iberdrola detectaron en varios establecimientos de estas empresas -cuyo nombre omitimos hasta que se resuelva su grado de implicación- "la manipulación fraudulenta de los contadores", lo que supone un "delito de defraudación de fluido eléctrico".

Iberdrola puso en conocimiento de la policía estos hechos y el cuerpo nacional se hizo cargo de las investigaciones.

Fruto de las pesquisas policiales se pudo averiguar que la persona que había manipulado la instalación eléctrica de estas empresas era un electricista valenciano. Al parecer, este técnico había trucado la línea eléctrica de una nave industrial y de otros establecimientos comerciales de otra empresa para que los propietarios de los negocios pagaran a final de mes menos en su factura que el gasto real de luz consumida. Por este servicio, el electricista cobraba un dinero, del cual se desconoce la cuantía.

Las fuentes consultadas por este periódico apuntaron que el fraude detectado asciende a cerca de 600.000 euros, lo que supone que estos negocios llevarían varios años engañando a la compañía eléctrica mediante este rudimentario método.

Esta práctica es conocida por muchos usuarios domésticos, quienes incluso solicitan a sus electricistas de confianza que la lleven a cabo en beneficio propio. "Te dicen que les hagas la trampa del contador, pero yo siempre les digo lo mismo, que llamen a otro", explicaba un técnico electricista. Otros, sin embargo, no tienen sus remordimientos y enganchan parte de la línea del domicilio, sin pasar por el contador, con lo que reducen su factura. "Al final los de Iberdrola te acaban pillando", apuntó este electricista.

El artículo 255 del Código Penal castiga este fraude, si es superior a 400 euros, con penas de multa de tres a doce meses.