La muerte de Pamela M. D., la mujer fallecida en Pakistán en extrañas circunstancias en enero de 2009, va camino de convertirse en uno de esos muchos crímenes difíciles de probar que finalmente acaban archivados en algún cajón del juzgado de turno a la espera de un milagro, como la confesión del asesino o el hallazgo de una prueba de cargo de última hora.

Por el momento, y sin visos de que se reabra, el Juzgado de Instrucción número 9 de Valencia ha ordenado el sobreseimiento provisional de las actuaciones por un delito de homicidio al no hallar indicios suficientes de envenenamiento en la autopsia realizada en España, después de que el cadáver fuera embalsamado, enterrado y exhumado en Pakistán.

Pamela, de 27 años, viajó al país de origen de su marido a mediados de enero de 2009 para recuperar a su hija Jana. A los pocos días y sin causa aparente ingresaba en un hospital de Islamabad del que nunca saldría con vida. Esta extraña muerte, la reticencia de su marido a que sus hijos regresaran a España y los antecedentes de malos tratos dentro de la pareja hicieron que las sospechas de sus familiares se centraran en Jayaid K.

Este hombre, de nacionalidad pakistaní, sigue acusado por un delito de lesiones por la paliza que le propinó a la ahora fallecida en diciembre de 2006 en un municipio de Cuenca. Como consecuencia de esta agresión Pamela tuvo que ser hospitalizada en el Hospital La Fe de Valencia (fotografía que aparece en la página).

"Se burla de la Justicia"

El pasado 20 de septiembre Jayaid K. estaba citado por el Juzgado de Instrucción número 4 de Cuenca para celebrar el juicio por la citada paliza, pero el acusado, para el que el fiscal pide cinco años de prisión, no se presentó en la vista oral y ésta tuvo que suspenderse. El juez dictará en breve una orden de búsqueda y detención contra esta persona, ya que temen que pueda regresar a Pakistán. "Se está burlando de todos nosotros, de la Justicia, de la policía, ..., y no hacen nada para detenerlo", criticaba Soledad, madre de la fallecida.

Pese a los antecedentes de malos tratos por parte de su marido y las sospechas de envenenamiento, el informe definitivo de la autopsia no ha hallado pruebas fehacientes de que Pamela fuera asesinada.

Asimismo, el informe de conclusiones de la necropsia practicada en el Instituto de Medicina Legal de Valencia especifica que en el cadáver de Pamela se detectaron restos de arsénico tanto en el cabello como en las uñas, pero "en cantidades insuficientes para establecer la existencia de una intoxicación" , según ha podido saber este periódico.

Además, la forense deja constancia en su informe del mal estado que presentaba el cadáver cuando llegó a España -un mes después de su muerte y tras haber sido embalsamado-, lo que "impide una correcta valoración histopatológica".

La primera autopsia, realizada al cadáver de Pamela en Pakistán, nunca llegó a España, pese a la insistencia tanto de la letrada de los familiares de la fallecida como del IML de Valencia. La falta de convenio de colaboración entre Pakistán y España es otra de las trabas que ha permitido que este supuesto crimen quede sin castigo.