Apenas dos semanas después de que un grupo de jóvenes matara de un tiro en el pecho a un vecino de Alzira en una trifulca relacionada con el tráfico de drogas, el caso ya está resuelto. Agentes del grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia detuvieron entre el lunes y ayer a cuatro jóvenes como presuntos responsables del crimen.

Las detenciones fueron efectuadas de manera escalonada en la Pobla Llarga, Tavernes de la Valldigna y Alberic. El último arresto se produjo ayer por la mañana en la Pobla Llarga y despertó el interés y la curiosidad de numerosos vecinos, que se arremolinaron ante el portal de una calle de las afueras del municipio. y se mantuvieron expectantes mientras duró la operación policial, que incluyó el registro de la vivienda en la que se encontraba el sospechoso. «Han salido con el chico detenido, porque llevaba las esposas puestas. No era del pueblo», dijo un vecino a Levante-EMV.

Tras concluir la diligencia policial, que se realizó en presencia del secretario judicial, el detenido fue trasladado de nuevo a los calabozos policiales y posteriormente se le tomó declaración, en presencia de su abogado.

Los otros tres arrestados ya habían prestado declaración el lunes en las dependencias de la Comandancia de Valencia, horas después de haber sido apresados en los tres municipios citados anteriormente.

Por tres kilos de «maría»

Como en la mayoría de casos resueltos este año en los que el tráfico de estupefacientes se encontraba como telón de fondo de un asesinato, todo apunta a que los ahora detenidos habían trazado un plan para robar droga a los otros.

Con esa intención se presentaron, supuestamente, en un domicilio de la calle El Palleter de Alberic. Era el piso de los padres de Adrián B. L., un joven de 21 años que había tenido algún encontronazo por consumir o estar en posesión de droga en la vía pública -fue sancionado en 2007 con 500 euros en virtud de la Ley 1/92, la conocida popularmente como Ley Corcuera-. En la vivienda se encontraban también César P. G., de 31 años y con antecedentes antiguos por tráfico de drogas, y un amigo de ambos, Paco. Inicialmente, habían quedado con los otros para realizar una transacción de droga. Supuestamente, según los testimonios recogidos durante la investigación policial, iban a venderle tres kilos de marihuana a un joven de Algemesí.

Por esa razón, sobre las siete de la tarde del 27 de noviembre pasado le abrieron la puerta sin temor alguno a los supuestos compradores. Pero la transacción no era tal. Todo apunta a que la intención de los ahora detenidos era, desde un primer momento, llevarse la droga sin pagar un euro. De hecho, uno de ellos llevaba encima una pistola, elemento inhabitual en una simple compra de tres kilos de «maría».

Al conocer las intenciones de los falsos compradores, César y Paco se enfrentaron a ellos. Tras una primera refriega dentro del piso, los supuestos asaltantes escaparon por la puerta de entrada de la vivienda, pero César los alcanzó. En ese forcejeo, el que llevaba la pistola lo encañonó y disparó supuestamente sobre él. La bala le atravesó el pecho -le perforó el pulmón y provocó su muerte por asfixia- y acabó dañando una pared. El grupo agresor escapó en tromba, y César fue tras ellos, pero a menos de 300 metros, se tuvo que apoyar en la pared. Le faltaba el aire. Minutos después caía al suelo y moría.