Los Mossos d'Esquadra han descartado que el cuádruple crimen de Olot se debiera a un móvil económico. Las fuentes consultadas apuntaron que pese a que la constructora le debía dos pagos semanales a Pere Puig, el albañil no estaba ni mucho menos en la ruina y la única deuda que tenía era de 5.000 euros.

Por contra, un amigo del autor de los cuatro asesinatos aseguró que Pere se sintió "engañado" por dos de sus víctimas, el constructor Joan Tubert, y el empleado de la CAM Rafael Turró. Según el testimonio de esta persona, Tubert y Turró habrían involucrado a Puig en la firma de unos papeles "que Pere no entendía y, de pronto, se vio endeudado y a punto de ser embargado de todo lo que tenía, arruinado".

Medio millar de personas se concentraron ayer al mediodía en Olot como repulsa por los crímenes y guardaron dos respetuosos minutos de silencio "in memoriam" de los cuatro asesinados. Por su parte, la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) ha asegurado que el presunto homicida no tenía "hipotecado ni la casa ni nada".