Un par de horas después de haber celebrado misa en la parroquia de Santa María de Jesús delante de sus feligreses, el párroco de dicha iglesia se puso al volante de su coche, un BMW Compact, y a la altura de la calle Cuenca de Valencia se llevó por delante varios vehículos que estaban estacionados en dicha vía —nueve motos y dos turismos—, así como las mesas y las sillas de la terraza de un bar próximo. Tras la colisión el cura siguió circulando unos cien metros hasta que finalmente chocó contra una farola y el bordillo. Según pudo comprobar posteriormente la Policía Local de Valencia, el cura circulaba bajo los efectos del alcohol.

Agentes de la Policía Local del distrito de Patraix detuvieron al párroco el lunes por la noche por conducir ebrio y poner en riesgo la vida de otras personas, ya que había gente sentada en la terraza del bar. Tras realizarle la prueba de alcoholemia en dependencias policiales los agentes comprobaron que J. M. M. A. duplicaba la tasa de alcohol permitida, aunque por unas décimas no llegaba a ser considerado un delito, por lo que fue puesto en libertad a la espera de ser citado ante el juez.

Este curioso incidente protagonizado por el párroco de la Iglesia Santa María de Jesús se produjo a las 21.45 horas del lunes cuando el cura regresaba de una cena en la parroquia, según manifestó a los agentes. A la altura del cruce de la calle Cuenca con la calle Calamocha el coche que conducía el párroco colisionó contra dos turismos y una fila de motos. En vez de detenerse, el párroco siguió circulando y se llevó por delante las mesas de la terraza de un bar. Algunos clientes, que tuvieron que saltar para evitar ser arrollados, salieron tras el conductor, que se daba a la fuga.

Finalmente el cura acabó chocando contra un semáforo y fue alcanzado por las personas a las que segundos antes casi atropella. Este grupo de ciudadanos lo retuvo hasta la llegada de la Policía Local, que se hizo cargo del conductor.

Alardeó de influencias

Según las fuentes consultadas por Levante-EMV, el hombre, de unos 50 años, se identificó a los agentes como «el párroco de Patraix» y les instó a que fueran con cuidado alardeando de una gran cantidad de amigos en las altas esferas políticas. Asimismo, manifestó que no recordaba ningún accidente y que iba a denunciar a las personas que lo habían sacado de su coche por la fuerza ya que le habían causado lesiones en el brazo.

La Policía Local le realizó una primera prueba de alcoholemia en el lugar de los hechos y una segunda en dependencias policiales, en ambas el detenido dio positivo. De hecho, en la segunda dio una tasa de 0,58 gramos de alcohol en sangre, que si bien no llega ser delito sí duplica la tasa permitida.

Estando en las instalaciones de la Policía Local el arrestado telefoneó al concejal de Seguridad Ciudadana de Valencia para contarle lo ocurrido y solicitar su ayuda. Según fuentes conocedoras del caso, el propio concejal devolvió posteriormente la llamada y dio instrucciones a sus agentes de que se tratara al detenido con toda la delicadeza posible.

Durante el tiempo que permaneció detenido el cura realizó diversos comentarios relacionados con el Opus Dei y sus influencias y dijo que a él «Dios se lo perdonaba todo», según apuntaron las fuentes a las que ha tenido acceso este periódico.

Ayer por la tarde J. M. M. A. volvió a celebrar la Eucaristía en su parroquia. El párroco manifestó a este periódico que no circulaba ebrio y que todo se debió al pinchazo de una rueda del coche. Curiosamente, algunas feligresas que habían estado el día anterior explicaron que esa tarde hablaba de forma entrecortada y con síntomas de no estar muy sereno.