El detenido por el triple asesinato de Castellar se negó ayer a explicar lo sucedido, con lo que sigue siendo una incógnita qué es lo que pasó por la cabeza de José Francisco Planells «Parra», de 33 años, para en un aparente acto de locura comenzar a agredir el viernes con un cuchillo y hasta la muerte a los vecinos del rellano de su finca, en la calle Poeta Leonor Perales i Escalante, de esta pedanía de Valencia. Ayer, fuentes cercanas al caso señalaron que el presunto asesino de tres personas –y no cuatro como apuntó este diario– no quiso colaborar y aportar luz al caso.

El presunto homicida permanece en el cuartel de la Guardia Civil de Alfafar a la espera de pasar a disposición judicial. Sí que trascendió que los habitantes del edificio, donde ocurrió todo, fueron interrogados por agentes de la la Benemérita.

Mientras tanto, en Castellar, todavía no salen de su asombro ni entienden lo sucedido. Los vecinos no hallan otra explicación al triple crimen que un «arrebato». José Francisco Planells llegó sobre las nueve de la noche del viernes a su casa y tras dejar a su hija de siete meses en casa comenzó a llamar a las puertas de su rellano en el segundo piso para acabar con la vida de Carmen Navarro «la Pimentonera», de 80 años. Hizo lo mismo en casa de la familia Julián-Vila. Allí presuntamente apuñaló mortalmente a Héctor Julián, de 13 años, y a su padre José Ramón Julián, de 50 años , de apodo «buidaolles». También hirió de gravedad a Dolores Vila, de 48 años, esposa y madre de las víctimas (quien permanece ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos de La Fe). Con los gritos de terror y auxilio bajó de la tercera planta Vicente Salvador Cabrelles «Panolla». Este vecino intentó frenar al agresor y lo consiguió a costa de recibir varias puñaladas y caer herido (se recupera en el hospital General). Finalmente, un policía local de paisano, Pedro Gil, logró reducir al homicida tras oir los gritos de auxilio.

Habían muerto tres personas y dos más estaban heridas de gravedad. La tragedia comenzaba a conocerse entre los más de 7.000 habitantes de Castellar. Diversas fuentes explicaron que la anciana murió en casa de una vecina y que el hombre que intentó frenar a José Francisco Planelles cuando llegaron los agentes llevaba clavada la hoja del cuchillo en la espalda. El agresor fue detenido cuando solamente portaba en la mano el mango del arma.

De inmediato empezaron a llegar efectivos policiales y ambulancias. Después la calle fue un valle de lágrimas. Entraron en el vial los furgones fúnebres y los familiares comenzaron a agolparse frente al portal. El casal de la falla de Castellar, situado en el bajo de la finca, se convirtió en el punto de encuentro. Psicólogos y personal sanitario empezaron a dar servicio a los familiares.

También llegaba de su trabajo, en un centro comercial, la esposa del presunto homicida y madre de una niña de siete meses. No daba crédito a lo acontecido, como tantos y tantos vecinos del pueblo.

Visita de autoridades

Francisco Antequera, alcalde pedáneo de Castellar-Oliveral, reflejó ayer el sentimiento de la población respecto al detenido por la muerte de tres personas. «Era una persona trabajadora y sin problemas. Trabajaba en una fábrica y antes lo había hecho en una funeraria local», manifestó el representante político. Según Antequera, «tampoco se lo explicaban ni los padres ni los hermanos» de José Francisco Planells.

A media mañana de ayer el casal fallero de la comisión de Castellar recibía la visita de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. «He querido venir a compartir la conmoción por este terrible suceso», señaló la munícipe, que se refirió a la pedanía como «un lugar tranquilo en el entorno de la huerta de Valencia». Barberá repitió el discurso de los vecinos sobre José Francisco Planells. «No tenía aparentemente ningún problema», apuntó. La alcaldesa mostró su solidaridad con los familiares de las víctimas y también con los padres y hermanos del presunto homicida.

De la noche de las muertes Rita Barberá destacó el servicio de «Urgencias Sociales» que trabaja las 24 horas, y que envió hasta Castellar «a tres o cuatro personas que comenzaron a atender a vecinos y familiares» en el marco de una situación «durísima».

También alabó el servicio municipal de limpieza que acudió a la finca y que estuvo trabajando hasta las cuatro de la mañana para borrar el «aspecto terrorífico y dantesco de las casas». La primer edil declaró el sábado como día de luto oficial y concluyo su intervención con la esperanza de que «con el paso del tiempo se recupere la normalidad» en Castellar. Ayer sus vecinos mostraron su dolor en la plaza de la pedanía.

«Ojalá hubiera llegado antes para evitar este desenlace»

Pedro Gil es el policía local fuera de servicio que entró en la finca al escuchar los gritos de auxilio de las víctimas. El agente logró detener al presunto agresor y el Ayuntamiento de Valencia ha decidido condecorarlo por su valentía. El policía declaró ayer a Levante-EMV: «Ojalá hubiera llegada antes para evitar este desenlace». El agente es miembro del Grupo de Operaciones Especiales —GOE— y volvía de participar en un curso de formación. La alcaldesa de Valencia Rita Barberá expresó en Castellar su «agradecimiento y reconocimiento muy importante» al policía local porque, según aseguró, su intervención fue «absolutamente milagrosa y necesaria». Del mismo modo, la alcaldesa de Valencia indicó que la presencia del agente de la policía local fue «tremendamente oportuna, no solamente para detener al hombre que cometió los asesinatos, sino para que no se pudieran cometer más».