En el segundo plano de la tragedia pero presentes entre todos los vecinos de Castellar. Tras el dolor por las tres muertes y la manera en que se produjeron, los habitantes de esta pedanía de Valencia reconocen la valentía que atesoraron Vicente Cabrelles «Panolla» y el policía local Pedro Gil, al frenar los ataques de José Francisco Planells cuando ya había herido de muerte al niño Héctor Julián, a su padre, José Ramón Julián, y a la anciana Carmen «La Pimentonera» .

«De no ser por ellos dos quizás hubiera habido más muertes», destacó ayer una mujer en la terraza de una cafetería del pueblo. Efectivamente, el policía local Pedro Gil (del Grupo de Operaciones Especiales), irrumpió de paisano para frenar el torbellino de furia en que se había convertido el agresor.

Gil, al ser preguntado por las muestras de cariño de los habitantes de Castellar, de sus compañeros y amigos, demostró ayer toda su sinceridad ante los trágicos acontecimientos del viernes por la noche. «Es un poco amargo que te den las gracias tras todo lo sucedido. La gente me lo dice con amargura porque sabe que hay tres fallecidos. Yo tengo el pesar por esas muertes, y más por la del niño. Ojalá hubiera llegado antes para evitar el desenlace», afirmó Pedro Gil.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ya anunció el sábado que el agente iba a ser condecorado «con la distinción que le corresponda» según el reglamento municipal.

Herido por intentar salvar vidas

El otro héroe del fatídico suceso fue el vecino de la tercera planta, Vicente Cabrelles «Panolla», de profesión camionero, quien bajó hasta la segunda planta para intentar ayudar cuando empezó a oir los gritos de terror que provenían del rellano.

Él se enzarzó con el presunto autor de las muertes y con el forcejeo se llevó varias cuchilladas. Pese a ser mucho más corpulento que Planelles (el agresor es bajo de estatura comparado con el transportista) no pudo evitar que el homicida se ensañara también con él, al igual que con el resto de sus vecinos. Sin embargo, al final, tuvo más suerte y se recupera en el hospital General de Valencia de las heridas.

La madre de Vicente Cabrelles, Emilia Pardo, relató qué fue lo que sucedió en la noche del viernes: «Mi hijo bajó a ver lo que sucedía y al caerse por la escalera José Francisco Planells le clavó el cuchillo. Consiguió subir a su casa y pidió auxilio por la ventana porque se estaba desangrando. Gracias a dios que mi nuera y mi hijo no estaban en casa porque tenían un bautizo sino los hubiera matado también. Ahora tiene heridas en la cabeza, boca y nariz además de la espalda», donde se le metió el cuchillo.

Cuando llegó Pedro Gil -el policía local- el camionero yacía malherido y con la hoja del cuchillo clavada en la espalda. José Francisco Planelles, en cambio, sujetaba el mango del arma totalmente transtornado y con la ropa manchada de sangre.