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Una pantalla remendada era lo único que le separaba de sus secuestradores. La familia del propietario de Seur en Alicante revivió ayer en la Audiencia de Alicante el horror del rapto de su hija en julio de 2009, una joven de 19 años que aún sufre secuelas psicológicas por estos hechos. El juicio comenzó con grandes medidas de seguridad al estar considerados peligrosos los dos hermanos acusados por estos hechos.

El padre de la víctima reveló que los secuestradores amenazaron con matarla si no pagaba un rescate de 300.000 euros en tres días. "Si no consigue el dinero, vamos a tener que destruir pruebas, y ella es una prueba", o "vamos a soltarla a metrallazos", fueron algunas de las amenazas que recibió en la negociación. El empresario logró que rebajaran el dinero del rescate a 74.000 euros tras convencerles de que no podía reunir la cantidad exigida en tan poco tiempo.

Mientras uno de los procesados se enfrentó con el presidente del tribunal al decir que la vista era una "farsa", el otro reconoció todos los hechos y aseguró que sólo quería pasar página. Para ello no dudó en implicar a su hermano en los hechos, aunque reconoció que "todo el plan había sido una chapuza".

Los acusados son Vicente Manuel C. M., un exlegionario que acababa de salir de prisión cuando se produjo el rapto, y José Tomás C. M., un repartidor de Seur que había sido despedido poco antes. Los dos se enfrentan a penas de 28 y 25 años de prisión respectivamente por secuestro, tenencia de armas de guerra y por las lesiones psicológicas que sufre la joven. El empresario dijo que el despido se debió a ajustes de plantilla y negó que existieran problemas personales con el repartidor.

La víctima es hija del dueño de Seur en Alicante, a la que, según la acusación, rajaron la rueda del coche cuando salía del colegio. Cuando la joven bajó a comprobar los daños los secuestradores la introdujeron en su vehículo.