Leonor, una mujer de 40 años vecina de Massanassa, estuvo a punto de convertirse el pasado domingo 1 de enero en la primera víctima mortal de la violencia machista de este 2012 en la Comunitat Valenciana. Su compañero sentimental y padre de dos de sus hijas, de dos y cuatro años, intentó acabar con su vida asfixiándola con unos leotardos que le enrolló al cuello a modo de soga. «Pensé que no lo contaba, no dejaba de apretarme y gritaba que de allí no iba a salir con vida», confiesa todavía asustada la víctima.

Por suerte, la mujer consiguió zafarse de su agresor aprovechando el momento en que éste buscaba una bolsa de plástico para colocársela en la cabeza, según apuntaron las fuentes consultadas por este periódico. «Cogí a mis dos hijas y me fui de la casa corriendo a pedir ayuda», explica Leonor, que acudió al retén de la Policía Local de Massanassa con una fuerte crisis de ansiedad.

Agentes de la Policía Local de dicho municipio se personaron en el domicilio de la pareja y procedieron a la detención del sospechoso, de 59 años y nacionalidad española, acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa, otro de resistencia a la autoridad y un tercero por quebrantamiento de condena, ya que pesaba sobre él una orden de alejamiento que le impedía aproximarse a la víctima y a sus dos hijas mayores.

Los hechos ocurrieron en torno a las 11.30 horas del pasado domingo en Massanassa cuando Juan Bautista G. C. comenzó a proferir insultos contra su pareja. «Estaba hablando por teléfono con su jefe y cuando colgó empezó a decirme de todo. Estoy harta de que me trate así y le dije que me llevaba a las niñas a pasar el día a casa de mi madre», explica Leonor. Al parecer fue esto lo que molestó a su compañero sentimental. «En el rellano de la puerta empezó a pegarme y me arrastró de los pelos hasta el comedor», relata la víctima. «Intentó entrar en la cocina a coger un cuchillo pero se lo impedí», prosigue. Todo ello en presencia de las dos hijas menores de la pareja, de dos y cuatro años. «Cuando vio que cogía el teléfono para llamar a la Guardia Civil me puso algo en el cuello –ahora sé que eran unos leotardos–. Apretaba con todas sus fuerzas, quería matarme. Menos mal que llevaba una chaqueta de cuello alto, eso me salvó», argumenta la víctima, quien presentaba marcas en el cuello producto de la soga.

Amenazas de muerte

No era la primera vez que su pareja le pegaba, pero «nunca había sido tan grave». De hecho, hace unos días «me dijo que yo iba a ser la siguiente en salir en el telediario», recuerda Leonor. «Es una persona que tan pronto está bien como a los cinco minutos empieza a insultarte y pegarte», reconoce la mujer.

Pese a estos cinco años de malos tratos y la orden de la alejamiento impuesta por el juez, Leonor confiesa que no había abandonado todavía a su pareja porque ella carece de los medios económicos suficientes para mantener a sus cuatro hijas. «Sólo gano 500 euros al mes y estoy en esta casa de prestado, necesito ayuda», suplica esta mujer maltratada.