Hacía apenas unas horas que acababa de salir de la cárcel tras obtener su libertad cuando fue sorprendido cometiendo el mismo delito por el que se encontraba entre rejas; quemar mobiliario urbano. Desde ese día, y en apenas una semana, el presunto incendiario, de 55 años, se ha dedicado a causar destrozos en la ciudad de Valencia con al menos seis incendios provocados, calcinando siete contenedores, una caseta y seis vehículos.

El detenido actuaba así porque, según manifestó a los policías, el Estado y la Justicia no hicieron nada con el médico que supuestamente le contagió una enfermedad viral. Desde entonces el acusado de un delito continuado de daños por incendio se dedica a delinquir y a hacer daño al Ayuntamiento de Valencia destrozando mobiliario urbano, según él mismo reconoció a los agentes.

Esta oleada de incendios comenzó el pasado 26 de diciembre cuando el ahora arrestado, de nacionalidad española, abandonó el centro penitenciario de Castelló. Esa misma tarde quemó un contenedor de papel en la calle Convento de las Carmelitas de Valencia. Además, el fuego afectó a un vehículo estacionado junto a éste. Minutos después los bomberos recibían un aviso de otro fuego provocado en otro contenedor de la calle Pintor Vilar.

El 29 de diciembre el presunto incendiario volvió a actuar, esta vez en la calle del Garbí. Eran aproximadamente las 15.30 horas cuando los bomberos tuvieron que acudir a sofocar el incendio de un contenedor en dicha calle. Con el nuevo año las cosas no cambiaron y a las 7.30 horas del día 1 de enero prendía fuego a una caseta en un descampado de la calle Pepita. Dos coches resultaban afectados por las llamas. Asimismo, en la calle Alquería de la Estrella calcinaba un colchón junto a dos contenedores de vidrio y de papel y dos vehículos.

Al día siguiente volvía a quemar dos contenedores de basura en la calle Almassora. En todos estos actos vandálicos el sospechoso huía antes de la llegada de la policía, pero fue reconocido posteriormente mediante fotografías por algunos testigos del los incendios. Finalmente, agentes de la policía nacional detuvieron al incendiario el pasado martes por la tarde en la calle Luz Casanova. El arrestado, de 55 años, reconoció los hechos a la policía e incluso se jactó de sus fechorías, explicando que lo hacía porque está en contra del Estado y la Justicia, y que lo va a seguir haciendo, al considerarlos culpables de su enfermedad. «En cuatro días estoy en la calle dando caña de nuevo», alardeó el acusado ante los agentes.

El detenido fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número ocho de Valencia. Allí ratificó su confesión y amenazó con volver a delinquir si lo dejaban en libertad. Atendiendo a los antecedentes del acusado y a su insistencia, la jueza decretó la prisión provisional por un delito continuado de daños por incendio, castigado con penas de dos a tres años de cárcel.