Una pareja formada por un hombre y una mujer de 36 años murieron asfixiados en la madrugada de ayer al incendiarse el apartamento de El Perelló (Sueca) en el que vivían y que al parecer tuvo su origen en unas velas que habían dejado encendidas en el salón. Al parecer, los dos fallecidos estaban en tratamiento médico con fármacos que favorecen el sueño y eran los únicos habitantes del bloque de viviendas, circunstancias que pudieron favorecer que tardaran en darse cuenta de la presencia del fuego y que nadie pudiera acudir antes en su auxilio.

Los fallecidos son Roberto de Jorge Molina, natural de Valencia, y Teresa Trampal Blázquez, de Madrid, ambos de 36 años de edad, y que llevaban al menos dos años residiendo juntos en el apartamento donde se desató ayer la tragedia, sito en un tercer piso del número 56 de la calle del Doctor Brugada de El Perelló, en Sueca.

El fuego fue detectado por vecinos de una finca próxima al filo de las 3.20 horas. Un vecino incluso llegó a ver a Roberto asomado al balcón y pidiendo auxilio, pero ya era demasiado tarde para ellos, porque el humo acabó ahogándolos antes de poder escapar del piso en llamas.

De hecho, las numerosas dotaciones del Consorcio Provincial de Bomberos desplazadas al lugar tuvieron que derribar la puerta para acceder al apartamento y extinguir las llamas, y que, al parecer, la puerta estaba cerrada con llave y pestillo, según comprobaron después los propios bomberos.

Tras sofocar las llamas y remover las brasas, los bomberos hallaron a Roberto, ya fallecido, y a Teresa con apenas un hálito de vida. Pese a los esfuerzos de los servicios médicos por reanimarla, que se prolongaron por espacio de más de media hora, la mujer acabó falleciendo.

Agentes del grupo de Homicidios y del laboratorio de Criminalística de la Comandancia de Valencia, así como especialistas en incendios de la 6ª Zona de la Guardia Civil, se desplazaron al lugar para investigar el origen del incendio.

A falta de la autopsia, el forense certificó que ninguno de los cadáveres presentaban signos de violencia, por lo que desde el inicio se descartó la posibilidad de que se tratase de un homicidio. Además, de la inspección realizada en el interior de la vivienda una vez que los cadáveres fueron retirados y trasladados al Instituto de Medicina Forense de Valencia se deduce que el origen del siniestro se encontraba en el salón, precisamente el lugar donde tenían siempre velas encendidas.

"Roberto era una bellísima persona. Si te podía hacer un favor, se desvivía"

La pareja vivía desde hacía unos dos años en régimen de alquiler en uno de los apartamentos del edificio sito en el número 56 de la calle del Doctor Brugada, muy cerca de la playa de El Perelló. Eran los únicos ocupantes del inmueble, que alberga doce viviendas. "Roberto era una bellísima persona y nunca generaron ningún problema a nadie; al contrario, si él te podía hacer un favor, se desvivía por hacértelo", aseguró un amigo suyo, originario del mismo barrio de la ciudad de Valencia que el fallecido. Horas antes de la tragedia había estado en el bar El Vaixell, al que acudió para ver el partido de fútbol de la Copa del Rey entre el Levante UD y el Valencia CF y donde estuvo hasta la 1.30 horas. Roberto era valencianista, mientras que ella era seguidora del Atlético de Madrid. Ambos padecían sendas dolencias mentales que requerían medicación constante y, de hecho, se habían conocido en un centro de atención a personas con enfermedad mental. Al parecer, Roberto y Teresa vivían gracias a las pensiones de jubilación que cobraban ambos debido a esas dolencias. La pareja, según sus allegados, "se llevaba muy bien y no solía tener disputas", algo que la Guardia Civil también comprobó antes de descartar cualquier hipótesis diferente a la del accidente.