Desde finales del pasado mes de marzo, catorce empresas valencianas han sufrido quince grandes incendios industriales —una de ellas, en Alberic, dos veces—. Si se tiene en cuenta que cinco de esos siniestros —un tercio— se produjeron en un mismo mes, el de mayo, las alarmas se disparan.

Sin embargo, y con las estadísticas de las aseguradoras en la mano, no hay motivo para la preocupación: es la ratio habitual. Según las cifras que maneja la asociación española del seguro, Unespa, en 2011 se produjo en España un incendio industrial cada 28 minutos y 38 segundos.

Un dato que resulta escalofriante, aunque se ha de tener en cuenta que en esos más de 18.000 siniestros anuales en empresas y fábricas se contabilizan todos aquellos que acaban generando una indemnización por parte de la compañía aseguradora, sea cual sea su dimensión y su gravedad.

Eso por lo que se refiere al 2011. En lo que llevamos de año, el número de incendios industriales es, incluso, inferior al mismo periodo de años anteriores.

La crisis no aumenta los incendios

Y ello a pesar del fantasma de la crisis, que puso en alerta a investigadores públicos y privados ante un posible aumento de los siniestros, sobre todo en las empresas más estranguladas por la situación económica. Otra leyenda urbana sin fundamento.

Tanto las fuentes de Unespa como las de expertos en investigación de incendios independientes coinciden: «Apenas si existen incendios industriales provocados. Es muy fácil detectarlos, porque se investigan absolutamente todos y las técnicas actuales son muy eficaces».

Desde hace años, la Policía Nacional y la Guardia Civil cuentan con expertos en investigación de incendios de reconocido prestigio, y en el caso de los siniestros en industrias, se analizan todos. A ello se une la existencia de varias empresas privadas especializadas en indagar tras las cenizas de esos siniestros y que actúan a petición de las aseguradoras, así que el riesgo de ser descubierto es elevado.

La culpa, del calor

Así las cosas, el fraude en incendios industriales «es bajísimo». Un investigador consultado por Levante-EMV es tajante: «De los últimos 30 incendios industriales en los que he estado presente, sólo uno fue provocado». Y ni siquiera fue en la Comunitat Valenciana.

La causa número uno de todos los incendios es el fallo eléctrico. También en los industriales. Lo corroboran las investigaciones de los últimos grandes incendios industriales ocurridos en Valencia, como el de la firma Fontestad de Museros, que ardió en mayo, el de Bahoplast, el pasado fin de semana en Riba-roja, o el de Naturlana, en Ontinyent, también en mayo.

Pero, ¿pueden haber influido los recortes en mantenimiento y personal? La respuesta vuelve a ser unánime: no. El factor común es que los fuegos en industrias proliferan cada año avanzada la primavera. Ese dato, unido al hecho de que casi siempre se produce por un fallo en la instalación eléctrica conduce a un peculiar resultado: la influencia del calor.

En pocas palabras, el aumento de la temperatura ambiental produce un recalentamiento del sistema que acaba provocando, en muchas ocasiones, al incendio. Física pura. El daño final ya depende de cuándo se detecte y en qué condiciones haya que extinguirlo.