El sargento de la Guardia Civil de Cheste, que permanece imputado por hurtar cinco puertas de unas caballerizas y un potro de herrar de un picadero de Chiva, ha tenido que devolver esos bienes a su verdadero dueño por orden del Juzgado de Instrucción número dos de Requena. La titular del juzgado ordenó la entrega de estos efectos tras tomarles declaración la semana pasada al suboficial imputado y al hombre que presuntamente cargó las puertas, también encausado.

Las cinco puertas metálicas de forja y las piezas correspondientes al potro de herrar, supuestamente sustraídas a principios de año del picadero situado en la partida del Guarrach, se encontraban todavía en la finca de caballos que el comandante de puesto de Cheste tiene en Gestalgar.

El sargento imputado por los supuestos delitos de hurto y receptación acudió el pasado 26 de julio a los juzgados de Requena para declarar sobre la sustracción de cinco puertas y un potro de herrar, valorados en unos 3.000 euros, que fueron encontrados en los terrenos que éste tiene en Gestalgar, donde también tiene más de una decena de caballos.

De traje y corbata, con un maletín de los que suelen utilizar los abogados, llegó el suboficial de la Guardia Civil de Cheste a los juzgados, acompañado por otro de los cuatro imputados en la causa. Además del sargento y del transportista que cargó supuestamente las puertas también siguen imputados el mayoral de la finca de Chiva y su esposa, según las fuentes consultadas por este periódico.

El primero en declarar fue el hombre que cargó las puertas, quien reconoció que fue con una camioneta que le había dejado un guardia civil -que presta servicio en el mismo cuartel que el sargento- y que se llevó las citadas puertas con el consentimiento del mayoral de la finca.

Por su parte, el suboficial de la Guardia Civil alegó ante la juez que todo se trata de un malentendido y que tenía el permiso del que él creía el dueño para llevarse las puertas, a quien pagó 1.000 euros por éstas y por el potro de herrar. Además, el sargento reconoció que también compró dos crías de caballo, que figuraban como desaparecidos, al cuidador del picadero.

Se da la coincidencia de que meses antes de la sustracción de las puertas, el mayoral de la finca ya había denunciado otro robo de dos caballos y malos tratos a otros dos animales. Los demandantes denunciaron a la antigua dueña de la finca pero la causa quedó archivada.

El pasado sábado por la tarde los propietarios del picadero de Chiva se desplazaron hasta los terrenos que el sargento tiene en Gestalgar para recuperar las puertas de forja y el potro de herrar en cumplimiento de la orden de la juez de Instrucción número dos de Requena.

Además el sargento tiene pendiente una denuncia por amenazas presentada por un operario que realizaba trabajos en es finca. El denunciante asegura que el suboficial sacó una pistola y amenazó con «pegarle dos tiros» cuando le recriminó que éste no le pagaba.

La finca de Gestalgar, envuelta en la polémica

La finca de Gestalgar propiedad del sargento de Cheste, donde se encontraban hasta el pasado fin de semana las puertas supuestamente sustraídas en Chiva, lleva tiempo envuelta en la polémica. De hecho, el anterior propietario de los terrenos, conocido del suboficial, le adeuda a los anteriores dueños más de 200.000 euros por el pago de estas parcelas que adquirió en 2007.

Los hermanos que heredaron los terrenos de Gestalgar y vendieron los mismos por un precio de 270.000 euros en abril de 2007 a un conocido del sargento, denunciaron al comprador por el impago de las parcelas. Así, una sentencia a la que ha tenido acceso este periódico le ha dado la razón y condena a ese comprador a pagar lo adeudado, que ronda los 230.000 euros.

Esta misma persona intentó subsanar parte de la deuda con la compraventa de un local de Cheste donde posteriormente una empresa a nombre de la mujer del sargento abrió un bar.

Asimismo, poco tiempo después el sargento compró los terrenos de Gestalgar €que todavía no han sido pagados a sus anteriores dueños€ a esta persona, que fue administrador de una empresa inmobiliaria en la que él figura como exapoderado, según ha podido comprobar este periódico en una base de datos de registros mercantiles.

El sargento aseguró a sus antiguos dueños que cuando compró los terrenos de Gestalgar, «por los que pagó 45 millones de euros», desconocía que la persona que se los estaba vendiendo todavía adeudaba el importe de los mismos a sus anteriores propietarios.

El suboficial de la Guardia Civil tiene varios caballos en estas instalaciones. No obstante, según ha podido saber este diario, en los últimos meses el número de animales ha descendido por razones no han trascendido.