Al menos una decena de agentes de la Guardia Civil destinados en el aeropuerto de Eivissa han presentado denuncias individuales en el juzgado de guardia de Eivissa después de que uno de ellos hallara cuatro microcámaras ocultas en las dependencias de la terminal que usan para efectuar cacheos a los pasajeros y también como vestuario y sala de descanso. En estas salas se efectuan entre 50 y 100 registros al día, muchos de ellos a personas obligadas a desnudarse.

Las cámaras estaban escondidas en los difusores del aire acondicionado de las dos salas, cuyo acceso está restringido. Los miembros del instituto armado, que no pueden presentar una denuncia colectiva porque se lo impide la ley, consideran que se ha vulnerado el derecho a la intimidad de las personas recogido en el artículo 18 de la Constitución.

«No sabemos quién ha instalado estas cámaras, pueden haber sido los mandos de la Guardia Civil, el personal del aeropuerto o incluso un grupo terrorista», comentaron ayer algunos de los agentes que han denunciado la situación, que no descartan tampoco que formen parte de alguna investigación interna de la propia Guardia Civil y que las imágenes obtenidas puedan estar sometidas a control judicial.

En todo caso, los guardias han retirado las cuatro microcámaras y las han entregado en el juzgado de guardia. Los agentes ignoran si las cámaras estaban conectadas por cable a un sistema de grabación o si las imágenes se enviaban mediante algún tipo de transmisor a un receptor situado a distancia.

Las salas no dependen de AENA

El organismo Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), del que depende el aeropuerto, informó que las dos salas en las que aparecieron las microcámaras están cedidas a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y se desvinculó por completo de su uso o de los equipos que se instalen en ellas, que «no depende de AENA». Este diario no pudo obtener ninguna explicación de la dirección insular de la Administración del Estado en las Pitiüses acerca de si esas cámaras habían sido instaladas legal o ilegalmente.

El descubrimiento de las microcámaras se produjo el pasado martes y fue casual, cuando un agente manipuló uno de los aparatos de aire acondicionado, porque no funcionaba bien. Los agentes señalaron que todavía no han recibido ninguna respuesta al respecto.