"Tío Noira", como era conocido en el Palmar José Luis Vázquez Montero, era una persona muy apreciada entre los vecinos de esta pedanía valenciana. Pese a no haber nacido allí y ser vecino de Catarroja, su carácter afable y trabajador hacía que todos le tuvieran gran estima y que incluso antes de mudarse a vivir allí lo trataran como un palmarista más.

José Luis, que enviudó hace cinco años, rehizo su vida junto a María, de 63 años. "Mi padre valía mucho, no hay derecho, estamos destrozados", se lamenta José Luis, el mayor de los tres hijos del fallecido, quien exige "justicia" por la muerte de su padre.

José Luis, que será enterrado hoy en Catarroja, siempre ha estado muy ligado al Palmar ya que su familia tenía arrozales en la zona. Gran amante de la pesca y la caza, allí encontraba un lugar donde poder dar rienda suelta a sus dos grandes pasiones. Por ello decidió comprar hace diez años una casa de campo a la entrada de la localidad. "Poco a poco se la había ido arreglando y ahora que ya la tenía acabada le pasa esto", lamenta un vecino.

Aunque ya estaba jubilado, Tío Noira seguía desempeñando su oficio por vocación. "En la parte de atrás de su casa tenía una especie de garaje donde reparaba embarcaciones de madera de fibra de vidrio y los motores de las barcas", explica Delfín, uno de sus compañeros en el embarcadero. "Era muy mañoso, no había motor que se le resistiera", apunta Rafa.

"Tío Noira era un tipo estupendo. Lo conozco desde hace 26 años, él me enseñó a enfibrar las barcas", recuerda con nostalgia Manolo, presidente de la Sociedad de Cazadores de El Palmar a la que pertenecían tanto el fallecido como su presunto homicida. "Estaba muy contento porque había obtenido el puesto 16 para el Tancat de Silla, uno de los mejores, y mira..", añade un amigo.