La Fiscalía pide penas de entre 1 y 19 años para seis policías y seis confidentes por robar dinero y droga a traficantes para luego venderla. El principal acusado, un agente del Cuerpo Nacional de Policía que estaba destinado en la comisaría de Tránsitos de Valencia, admitió que hizo registros domiciliarios e intervino droga sin esperar a la autorización judicial, aunque aseguró que era para que los traficantes no destruyeran las pruebas. "Sé que es un delito, sé que está mal, pero valoré el mal menor", aseguró el procesado. Parte de los imputados admitieron parcialmente los hechos a cambio de una rebaja de la condena.

El fiscal imputa a los acusados los delitos de hurto, coacciones, falsedad documental, contra la salud pública, contra las garantías constitucionales, simulación de delito y tentativa de robo.

Los procesados presuntamente cometieron los delitos entre 2008 y 2010. Los agentes estaban destinados en la comisaría de Tránsitos, la Udyco y la policía autonómica. Según el fiscal, a pesar de pertenecer a distintas unidades se pusieron de acuerdo para aprovecharse de la información obtenido a los confidentes para robarles la droga y el dinero.

El 5 de abril de 2010, tras recibir el aviso de un confidente, tres agentes se acercaron al domicilio de un traficante en la calle Cieza de Valencia y presuntamente le propinaron patadas y puñetazos para que les abriera. Los acusados dejaron de dar golpes a la víctima al aparecer unos vecinos, y se fueron sin comunicar lo sucedido a sus superiores.

Dos semanas después, dos de los procesados presuntamente se quedaron parte de la droga que intervinieron. En otro registro autorizado, según la acusación del fiscal, supuestamente se apropiaron de 1.600 euros en efectivo aprovechando un descuido del secretario.

El 5 de mayo de 2010, tras enterarse por un confidente de que otro traficante podía tener en su domicilio una importante cantidad de droga, lo localizaron por la calle y le pidieron que los acompañara a comisaría con la falsa excusa de identificarlo. Una vez en comisaría, se apoderaron de las llaves y presuntamente entraron en la vivienda sin autorización judicial para llevarse la droga. La víctima regresó a la vivienda y sorprendió a los agentes en el interior del baño. Los policías le dijeron que la puerta estaba abierta y que habían entrado para evitar un posible robo.

El 28 de mayo de 2010, tres de los agentes acusados se dirigieron al domicilio de otro traficante en la avenida Juan XIII de Valencia y supuestamente accedieron a la vivienda sin autorización judicial alguna y tras registrarla robaron cerca de 370 gramos de cocaína. El principal acusado fue detenido tras salir de la vivienda por agentes de la Unidad de Asuntos Internos. El agente, que ayer negó que quisiera robar la droga, admitió que entró en la vivienda sin autorización judicial. "Sé que está mal hecho, pero decidí coger la droga sin autorización judicial. Lo hice para evitar que se deshicieran de la droga". El policía imputado añadió que era consciente de que era un delito entrar sin autorización del juez. Además, reconoció que no le dijo a sus superiores que había cogido la droga.

Ingresos en efectivo

Este agente y otro de los policías imputados tampoco supieron dar una explicación convicente de por qué sus cuentas corrientes tenían varios ingresos en efectivo de cantidades importantes de dinero. El fiscal le preguntó al principal imputado: "¿Por qué tiene ingresos en ventanilla por valor de 22.000 euros?". El acusado respondió: "Mi madre y mi suegro me ingresaban muchas veces. Es la primera vez que tengo noticias de esos ingresos".

El agente que estaba destinado a la policía autonómica declaró que fue a realizar una intervención con dos de los policías nacionales "para ver cómo se trabajaba en su unidad".

La Subdelegación del Gobierno en Cádiz y el Ayuntamiento de Puerto Real (Cádiz) han abierto sendas investigaciones para depurar responsabilidades sobre la actuación de varios policías nacionales y empleados municipales que han sido grabados apropiándose de naranjas y patatas decomisadas. El vídeo que un particular ha difundido en la red con el título "Protesta ya" capta el momento en el que operarios del Ayuntamiento llevan a un camión de la basura sacos de naranjas y patatas decomisados y cómo varias personas, entre ellas algunos policías nacionales y otros empleados municipales, cogen algunos de ellos y se las llevan. Tras la polémica suscitada por la emisión del vídeo, el Ayuntamiento de Puerto Real ha emitido un comunicado en el que califica de "improcedente y lamentable" lo sucedido y en el que informa de su intención de abrir una investigación. El Ayuntamiento explica que los sacos de naranjas y patatas procedían de decomisos de venta ambulante ilegal, que "se almacenaron siguiendo el procedimiento reglado" en las dependencias municipales. Las patatas y las naranjas quedaron allí para su custodia, pero las imágenes muestran cómo algunos agentes se llevan sacos. efe cádiz