Un vigilante de seguridad aceptó ayer una condena de cinco años y medio de prisión por atracar en su casa de Valencia a una mujer de 74 años y a su hijo de 48 años. El acusado cometió el asalto con gran violencia junto a otras dos personas que no han sido identificadas. Los ladrones cometieron el robo porque pensaban que las víctima tenían dinero escondido en casa por la venta de unas tierras, pero al final solo lograron llevarse joyas valoradas en cinco mil euros.

Los hechos, según admitió el acusado en el juicio, ocurrieron el 24 de septiembre de 2012 en el barrio de Campanar de Valencia. Los tres asaltantes entraron en la vivienda con las caras cubiertas con pasamontañas y amordazaron al hijo tras amenazarlo con una pistola plateada. Los ladrones se dirigieron después hacia la mujer y tras apuntarle con la pistola la tiraron al suelo y le ataron las manos con unas bridas.

El acusado y sus cómplices conminaron a las dos víctimas a que les dijeran dónde tenían el dinero y las joyas. La víctima, Francisca Torres, lamentó: "Si no encuentran las joyas nos matan, venían a por todo. Nos preguntaron: "¿Dónde está el dinero? El dinero, que os matamos"". El hijo de Francisca añadió que cuando vio a los atracadores en su casa al principio pensó que era una broma. "Llevaban la cara tapada y me pusieron una pistola en el cuello. No sabía si era una broma. Cuando me dijo: "Esto es un atraco", me di cuenta de que era real".

Como los asaltantes no encontraron el dinero tras registrar la vivienda, propinaron a la mujer y a su hijo patadas y puñetazos por todo el cuerpo. Los acusados permanecieron en el interior de la vivienda unos cuarenta y cinco minutos. Al final, se marcharon y dejaron a las víctimas maniatadas. El hijo pudo coger un cuchillo de cocina con el que cortó las bridas que ataban las muñecas de su madre.

El acusado fue detenido por el asalto sobre las 11.30 horas del 31 de octubre de 2012 en las inmediaciones de la calle Covadonga de Paiporta. La policía halló en su domicilio de Picassent dos puñales de acero, un pasamontañas, una pistola de fogueo, una brida y una escopeta capacitada para el disparo.

Rafael Villar, abogado defensor del acusado, explicó que su cliente aceptó cuatro años y medio de prisión por el robo, seis meses de cárcel por tenencia ilícita de armas y seis meses por resistencia a los agentes de la autoridad. El condenado deberá indemnizar a las víctimas con 4.913 euros por las joyas y con 1.040 euros a un agente que agredió al ser detenido.