Una discusión por un asunto banal terminó en tragedia ayer cuando un jubilado de 65 años disparó con su escopeta de caza a dos hombres; Luis B. C., conocido como "el Canari", de 72 años y amigo desde hace años del presunto homicida, y Juan Antonio R. R., de 41 años y propietario del bar de Rafelbunyol donde se produjo el doble crimen. Ambos murieron, el primero en el mismo lugar de los hechos y el segundo una hora y media más tarde en el Hospital Clínico de Valencia, como consecuencia de sendos disparos.

El presunto homicida, identificado como Alberto G. D., había amenazado apenas unos minutos antes de lo ocurrido a su "compañero de chupitos". Un testigo escuchó cómo Alberto decía que iba a subir a su casa -vive justo enfrente del bar-, para "coger una escopeta y pegarle un tiro". No obstante, ninguno de los allí presentes dio crédito a estas palabras amenazantes del homicida e incluso pensaron que se trataba de una broma. "He escuchado que decía que le iba a pegar tres tiros, pero era algo habitual en él decir ese tipo de chorradas. Nadie le hacía caso", trataba de explicar José Pérez, quien todavía no podía creerse que su vecino hubiera llevado a cabo lo que hasta ese día habían considerado meras bravuconadas.

Eran aproximadamente las 12.45 horas de ayer cuando el ahora detenido regresó a la terraza del bar, situado en la calle Calvario de Rafelbunyol, donde hacía pocos minutos había estado compartiendo unos vasos de vino tinto con Luis "el Canari". Sin mediar palabra entre ellos, el presunto homicida disparó en el pecho a su víctima, quien no se esperaba esta reacción del que él consideraba su amigo, "por muy bebido que fuera", según varios testigos que lo vieron tomar cazalla desde buena mañana.

Acto seguido efectuó un segundo disparo que alcanzó a Juan, propietario del bar, en el costado, herida que a la postre le costaría la vida. Todo ello se produjo a la hora en la que muchos menores salían de un colegio próximo, con lo que el riesgo era todavía mayor.

Una patrulla de la Policía Local de Rafelbunyol, que se hallaba en las inmediaciones, acudió rápidamente al lugar, donde se encontraba el homicida con el arma utilizada todavía en las manos. En el interior del bar estaba Carmen, la mujer de Juan, quien rogó al asesino de su marido que no disparara, según apuntó un testigo.

Alberto Gil fue arrestado por los agentes de la Policía Local sin ofrecer resistencia. Según explicaron fuentes próximas a lo ocurrido, el sexagenario daba muestras de encontrarse ebrio y decía incoherencias. La calle del Calvario de Rafelbunyol se llenó rápidamente de decenas de curiosos y la zona tuvo que ser acordonada por la Guardia Civil. Agentes de la Policía Judicial de Moncada se hicieron cargo de la investigación del doble crimen.

Asimismo, las unidades del SAMU trasladadas al lugar intentaron estabilizar al herido que presentaba el disparo en el costado antes de trasladarlo al Hospital Clínico de Valencia donde finalmente falleció. La otra víctima murió en el acto y tuvo que acudir el juez y el forense para proceder al levantamiento del cadáver.

Almorzaban juntos a diario

El homicida y sus dos víctimas solían verse a diario en el bar donde se produjo la tragedia. "El Canari y Alberto solían quedar a almorzar y a tomar algo. Siempre estaban discutiendo pero nada importante", apuntó José. Esa misma mañana este hombre estuvo a la hora del almuerzo con Alberto y no lo notó raro. "Nos dijo que iba a ir hoy a quemar madera con su consuegro". Tanto Luis como Alberto estaban jubilados, el primero tenía un almacén de fruta y el segundo había sido albañil.