El cadáver que permanece sin identificar desde hace cuatro meses en el mortuorio del Hospital La Fe de Valencia será trasladado en los próximos días al Instituto de Medicina Legal, según aseguraron ayer fuentes del centro hospitalario. Esta medida fue comunicada ayer mismo al hospital, horas después de que Levante-EMV informara en exclusiva sobre la situación en la que se encuentra desde hace meses este cadáver sin nombre, el cual ya ha comenzado a descomponerse y supone un posible foco de infecciones para trabajadores y pacientes, según han denunciado fuentes de USO-CV.

No obstante, fuentes del Instituto de Medicina Legal de Valencia aseguran no tener constancia todavía de que el citado finado vaya a ser trasladado a sus dependencias. De hecho, afirman que no es competencia suya ya que se trata de una muerte natural y al estar clara la causa del fallecimiento carece de sentido su traslado a la morgue judicial.

Por su parte, fuentes del hospital insisten en que una vez notificado al juzgado de guardia la no identificación del cadáver, no es responsabilidad suya la conservación del cuerpo, ya que no están habilitados para ello. Así, fuentes sanitarias afirman que han reiterado en varias ocasiones "la necesidad de trasladar dicho cadáver al Instituto Anatómico Forense por ser éste el lugar donde se debe llevar a cabo su identificación por parte de la Policía Científica".

Es precisamente este choque de competencias el que parece haber provocado la dilación sobre qué hacer con dicho cuerpo. Tiempo durante el cual se ha iniciado el proceso de putrefacción.

Aunque fuentes del hospital sostienen que "las condiciones del mortuorio de La Fe son las adecuadas y existe un procedimiento diario de limpieza y desinfección de las cámaras que cumple con todos los estándares de calidad". Este periódico ha podido saber que el cuerpo se encuentra en un estado tan deteriorado, que incluso los dedos que han sido extraídos por un forense, y puestos a disposición de la policía científica, tendrán que ser tratados para poder recuperar las huellas dactilares del difunto.

Asimismo, fuentes sindicales achacan el estado de putrefacción del cadáver a un fallo en el sistema de refrigeración de la morgue del hospital. Además, el Instituto de Medicina Legal cuenta con dos tipos de cámaras de conservación, unas de refrigeración a una temperatura de entre cero y cinco grados, y otras de congelación a 15 grados bajo cero (para cadáveres de larga duración). No obstante, en el mortuorio de La Fe sólo hay diez cámaras de refrigeración a una temperatura de tres grados y en ocasiones el sistema eléctrico suele fallar.

"Tendría que haber unos protocolos de actuación específicos que establecieran tiempos de respuesta para este tipo de casos antes de que lleguen a producirse problemas de salud pública", advierte Paco López, portavoz sindical de USO. "No puede llegarse a estos límites por la falta de coordinación de las administraciones, tanto de Sanidad como de Justicia", criticó. "Han fallado todos los mecanismos de prevención y los controles para evaluar el riesgo de infección y el peligro de contagio", apuntaron.