Un hombre, de 47 años y nacionalidad española, está acusado de abusar sexualmente de la hija de su compañera sentimental, de sólo 15 años, en Requena. Los supuestos abusos sexuales se prolongaron durante dos largos años en los que el imputado presuntamente realizó tocamientos a la menor, le obligó a realizarle felaciones e incluso llegó a introducirle un dedo en la vagina. Todo ello se produjo en el domicilio familiar, cuando el presunto pederasta aprovechaba los momentos en los que la madre de la adolescente se encontraba fuera de la casa o cuando ésta se hallaba en la misma en otra estancia o en el breve espacio de tiempo en el que tardaba la mujer en ducharse.

Fue precisamente la madre de la menor quien descubrió en noviembre de 2011 lo que estaba ocurriendo al revisar el teléfono móvil de su hija y encontrar unos mensajes subidos de tono y un vídeo en el que se le escucha diciéndole a la adolescente que se ha "enamorado de ella". "Cuando tu madre se meta en la ducha paso a tu habitación", se podía leer en uno de estos mensajes, según consta en la denuncia presentada por la progenitora.

El Ministerio Fiscal solicita ahora para el acusado una pena de nueve años de prisión por un delito continuado de abuso sexual y la prohibición de que pueda aproximarse a la víctima o comunicarse con ella en un plazo de doce años.

Los hechos se remontan al verano de 2009 cuando el acusado le dijo a su hijastra, que entonces tenía quince años, que estaba enamorado de ella, según aseguró la víctima en su declaración ante el juez. Además explicó que éste empezó con abrazos y después vinieron los tocamientos. Aunque reconoce que no le gustaba y que enseguida que se dio cuenta lo que estaba pasando le dijo que parara, éste le amenazó con decir por el pueblo que era una "guarra". Asimismo, para intimidarla y seguir con los abusos la amenazaba con meterla en un internado si le denunciaba o se lo decía a su madre.

La menor se lo comentó a una amiga y ésta le aconsejó que lo grabara en vídeo para tener pruebas y que ella lo guardaría. Sin embargo, esta prueba que la madre llegó a visionar, no consta en diligencias, ya que la amiga de la víctima formateó su ordenador. Con lo que sí cuenta la denunciante es con unas cartas íntimas de su padrastro dirigidas a ella. Por su parte, la madre de la adolescente recuerda que un día sorprendió a su por entonces pareja, en el aseo y a oscuras, abrazando a su hija, pero no le dio importancia porque éste argumentó que la estaba consolando después de que le hubiera contado un problema.

El acusado ha negado durante el proceso todas las acusaciones y justificó las cartas enviadas a la menor en que únicamente pretendía "animarla y que lo quisiera como un padre".