La vida de Jenny Sofía Rebollo, asesinada a los 40 años, estuvo marcada por la muerte de su hijo, atropellado en su Colombia natal cuando tenía tan sólo cuatro años. Desde entonces y tras la separación de su marido ha ido dando tumbos por distintas ciudades españolas hasta que se cruzó en su camino el hombre que acabaría con su vida. "Estaba pasando un bache pero no era una prostituta", apuntaron fuentes próximas a la familia de la fallecida.

Para defender sus intereses y velar para que su verdugo cumpla la máxima pena posible se encuentra el abogado valenciano Jorge García-Gasco, quien ejercerá la acusación particular en la causa abierta contra Juan Carlos Aguilar. "El perfil de esta persona es el de un psicópata de libro. Es calculador y frío, había premeditado con exactitud matar a varias mujeres", asegura el letrado.

"La defensa va a intentar argumentar algún tipo de eximente por un trastorno mental", apuntó García-Gasco. "El propio acusado ha aducido a un supuesto tumor en la cabeza para tratar de hacer creer que tenía alteradas sus condiciones mentales. Aunque en caso de ser cierto que padece dicho tumor, los nuerólogos descartan que pueda ser la causa de una posible demencia mental", explicó el abogado valenciano. "Además, se ha negado a ser reconocido por el médico forense", apuntó.

Asimismo, el letrado afirma que existen numerosos indicios y pruebas que demuestran que el acusado discernía de forma consciente y que descartan que se tratara de un arrebato de locura. "Le arrancó el dedo índice y las prótesis mamarias, que van numeradas, para así dificultar su identificación", argumenta.