El Ministerio Público solicita sendas condenas de veinte años de prisión para dos hombres acusados de la muerte en marzo de 2010 de un golpe en la cabeza de un empleado de una empresa de Mercavalencia en la que había trabajado uno de los procesados, al que robaron 4.000 euros de la recaudación del día.

El fiscal, que en sus conclusiones provisionales atribuye a los acusados los delitos de homicidio, robo con violencia y falsificación, reclama además que indemnicen con 200.000 euros a la mujer y dos hijas de la víctima, mientras que las defensas piden la absolución de sus representados.

En el juicio que ha comenzado hoy en la Sección Segunda de la Audiencia de Valencia, ambos acusados se han incriminado mutuamente y tratado de exculpar de lo sucedido, aunque sí han coincidido en que "el objetivo era el dinero" y no deseaban "la muerte de nadie".

En su descargo, han insistido en que su situación económica era "muy precaria" porque estaban en el paro y no tenían "un duro", y fueron "a por dinero fácil" sin que previeran el desenlace fatal que finalmente tuvo lugar.

Los hechos sucedieron la madrugada del 23 de marzo de 2010, aunque, según el fiscal, tiempo antes los procesados se habían puesto de común acuerdo para cometer el robo de la recaudación de una empresa de Mercavalencia en la que había trabajado uno de ellos meses atrás.

Sobre las 05.00 horas de aquel día, Miguel S.R. y Salvador M.D., se hicieron con las placas de matrícula de un coche en Torrent (Valencia) y las colocaron en el vehículo en el que viajaban.

Dos horas después, se dirigieron al aparcamiento de Mercavalencia con el fin de esperar uno en el coche mientras el otro asaltaba al encargado de ingresar en el banco la recaudación, al que habían identificado.

Según el fiscal, Miguel se cubrió el rostro con una capucha, abordó por detrás al empleado y le asestó un "fortísimo golpe en la cabeza, a sabiendas del resultado que ello podía tener", cayendo y quedando inconsciente la víctima al suelo.

El procesado cogió entonces una bolsa con la recaudación de la empresa, que ese día ascendía a 4.062 euros, y huyeron en coche. Minutos después se repartieron el dinero, se deshicieron de las matrículas robadas y se separaron.

El 1 de abril y antes de que se supiese que estaba relacionado con los hechos, uno de los acusados se personó en dependencias policiales y confesó la autoría de los mismos.

Debido al golpe que recibió, la víctima, que tenía 59 años y estaba casada y con dos hijas, ingresó en el hospital con un traumatismo craneoencefálico severo que le dejó en estado de coma y por el que falleció siete meses después.

Según ha testificado el primer acusado, cuando abordó a la víctima lo hizo "rápido, por detrás" y a cara descubierta: "Salió de la empresa a pie y le seguí. Cuando le tuve cerca, hice un ruido para distraerle y le tiré de la bolsa, en la que había 2.600 euros. Todo pasó en uno o dos minutos".

Se entregó cuando se enteró de que la víctima estaba en coma: "Pero no le golpeé ni vi que cayera al suelo", ha insistido.

El segundo se ha declarado "culpable sólo de haber esperado en el coche".

"Fuimos a robar y ya está. Nadie tenía que resultar herido. Nunca bajé del coche y no quise ni mirar de lo nervioso que estaba. Me enteré de que el hombre había muerto cuando me detuvieron", ha declarado.