Un juzgado de Valencia está investigando el robo de dos importantes alijos de cocaína sustraídos del interior de sendos contenedores del puerto valenciano y que habrían llegado en un mismo barco desde Suramérica a mediados del pasado mes de agosto. Según ha podido saber Levante-EMV de fuentes de toda solvencia, las cantidades sustraídas superarían los 200 kilos de cocaína, aunque se trata de una estimación, ya que no hay rastro del estupefaciente.

La primera alarma saltó a mediados de agosto, cuando un operario del puerto se encontró con que uno de los contenedores que debía mover de lugar tenía las puertas abiertas de par en par. La mercancía legal importada estaba intacta, por lo que es obvio que la carga real no era el objetivo, de modo que la única explicación razonable es que contuviera un cargamento con la modalidad del gancho perdido (ocultar bolsas con droga en un envío lícito a espaldas del dueño).

Las mafias de la cocaína utilizan este sistema porque abarata costes y minimiza riesgos. La droga es introducida en bolsas de deporte en el puerto de origen o en alguno intermedio, para lo cual los traficantes cambian el precinto original por uno propio, del que meten una segunda copia en una de las mochilas. Así, los encargados de extraer la mercancía a su llegada al puerto de destino en este caso Valencia, pueden romper ese precinto y sustituirlo por el que viaja dentro de las bolsas cuando se llevan los bolsones con droga, de tal modo que, en apariencia, el contenedor está intacto.

Los estibadores encontraron una cizalla y parte del precinto caído junto a ese primer contenedor, por lo que la sospecha es que un grupo de ladrones se llevó el estupefaciente antes de que la recuperaran sus dueños, dado que, si no, éstos habrían colocado ese segundo precinto para ocultar su manipulación.

Dos semanas después, una revisión rutinaria de un segundo contenedor por parte de la Unidad de Análisis de Riesgos (UAR) destapó el segundo robo, al detectar durante la inspección que la caja tampoco tenía precinto y que parte de la carga legal la más próxima a las puertas estaba revuelta. Los 200 kilos de cocaína, vendidos al por mayor, habrían tenido un coste aproximado de 6,6 millones de euros.