El detenido como presunto autor de la muerte de su tío en Miramar pudo haber actuado movido por un interés económico. Así se desprende de las investigaciones que el grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia está realizando desde el día en que apareció el cadáver de Emiliano Florido Gandullo bajo la supervisión del juez de Instrucción número 1 de Gandia, y que derivaron en la detención, el pasado miércoles, del sobrino de la víctima, Julio J.F., de 47 años, tal como adelantó ayer en exclusiva Levante-EMV.

Las pesquisas policiales han puesto al descubierto que el ahora detenido, que al parecer había sido autorizado por la víctima, de 75 años, para acceder a su cuenta bancaria, habría realizado varias extracciones a lo largo del mes de agosto. La documentación aportada por el banco estima en cerca de 8.000 euros el dinero que Julio J.F. habría sacado de la cartilla de su tío a lo largo del mes de agosto, movimientos que la víctima no habría detectado de manera inmediata.

Además, tras la minuciosa inspección ocular realizada en la vivienda de la víctima por los especialistas del laboratorio de criminalística de la Comandancia de Valencia, los investigadores descartaron el robo. Inicialmente, la escena del crimen aparentaba un homicidio cometido por un ladrón: muebles caídos, cajones revueltos,... Sin embargo, no faltaba ni dinero, ni joyas, ni otros objetos de valor, por lo que se concluyó que era una escena alterada a propósito para hacer pensar a los investigadores que la muerte de Emiliano había sido obra de un ladrón.

A ello se le añade que la víctima tenía 22 cuchilladas, varias de ellas profundas. Esa profusión de lesiones y esa saña es típica cuando hay una estrecha relación entre víctima y autor, pero casi nunca cuando no existe nexo emocional alguno entre ambos.

Por ello, las miradas se dirigieron desde el principio al círculo más cercano a la víctima, en el que sin duda estaba Julio, su sobrino preferido. Un hermano del fallecido, Antonio Florido, insistió ayer en defender al sospechoso: "Es imposible. Él es incapaz de hacerle daño a nadie. ¡Pero si se querían con locura!". Antonio aseguró que su sobrino, casado y con una hija, no tenía problemas económicos, al menos conocidos por la familia. Todo apunta a que ha sido la investigación policial abierta tras el brutal asesinato de Emiliano la que ha hecho aflorar esa situación.