Una mujer, de 48 años y nacionalidad rumana, fue liberada el pasado miércoles por la Policía Nacional tras permanecer secuestrada durante tres días en una casa de huerta abandonada situada en Alboraia. Durante el tiempo que pasó retenida, la víctima fue presuntamente violada por su captor y no ingirió alimento alguno. El presunto agresor, un compatriota con el que coincidió hace meses cuando ambos trabajaban como temporeros en el campo, únicamente le daba alcohol y la dejaba encerrada con candado cuando él se marchaba fuera.

El hijo de la secuestrada denunció su desaparición el miércoles por la tarde en la comisaría de Russafa. Poco después éste recibió una llamada de su madre en la que le relataba lo ocurrido y le daba indicaciones del lugar en el que se encontraba retenida. Rápidamente agentes del grupo de Policía Judicial de Russafa se desplazaron hasta Alboraia donde localizaron la casa. La mujer había logrado salir del inmueble abandonado tras fracturar la puerta de madera aprovechando que su captor se había ido y había olvidado su teléfono móvil, con el que previamente había alertado a sus familiares.

El presuntor secuestrador, también rumano, fue arrestado por la Policía cuando regresó a la casa donde tenía retenida a la mujer. El acusado de un delito de detención ilegal y otro de agresión sexual manifestó que había actuado en compañía de otro segundo hombre, aunque la víctima negó esta versión de los hechos.

Según los familiares de la mujer, el ahora arrestado llevaba meses acosando a su víctima después de coincidir con ella en la recolección de la naranja. El temporero se había encaprichado de la mujer y como ésta no le correspondía decidió secuestrarla el pasado lunes. Mediante la fuerza la subió en una moto y se la llevó a una caseta de Alboraia donde vive de "okupa". Allí la obligó a mantener relaciones sexuales. Según la agredida, que presentaba signos de desnutrición, su captor se negaba a darle agua y comida, y pasó los días a base de alcohol.

Tras su liberación la víctima fue trasladada al Hospital Doctor Peset de Valencia. Asimismo fue explorada por el forense para determinar el alcance de las agresiones.