Una enemistad personal entre vecinos que dura 25 años. Ése es el origen de cuatro denuncias falsas contra un residente en Torrent que ayer derivó en la detención de cuatro agentes de la Policía Local de Mislata. Los cuatro arrestados quedaron en libertad con cargos ayer tarde, tras comparecer ante la juez de Instrucción número 1 de Mislata.

El origen del conflicto fue una estafa al seguro que, según la víctima, un transportista jubilado torrentino de nombre Nicolás, le ofreció el policía local Fernando C.L., vecino suyo en una zona de viviendas unifamiliares de Torrent. Su negativa a entrar en el «juego» fue el inicio, según Nicolás, de una «persecución» que se ha prolongado hasta ahora.

La supuesta enemistad se activó el verano pasado, cuando Nicolás se quejó ante el Ayuntamiento de Torrent porque los vehículos de su vecino aparcaban en un punto de su calle en el que dificultaban el paso del autobús escolar. Fernando dejó de estacionar en el tramo de calzada y un par de meses después, Nicolás recibió las primeras denuncias por infracciones supuestamente cometidas en Mislata, el municipio en el que su vecino es policía local y al que, asegura, jamás ha ido en coche.

Tres denuncias llegaron en septiembre y dos meses después, en noviembre, le impusieron una cuarta; dos por mal estacionamiento, una por hablar con el móvil mientras circulaba y otra más, por conducir sin llevar colocado el cinturón de seguridad. En total, la broma ascendió a 520 euros con los recargos, de los que tuvo que pagar 440 para evitar el embargo de la cuenta.

Nicolás presentó alegaciones, pero todas cayeron en saco roto, y ello a pesar de que en una de las ocasiones el vehículo estaba en el taller y en otra, se encontraba en un municipio de Toledo porque se lo había prestado a un amigo suyo.

El hombre trató de obtener una explicación presentándose en varias ocasiones en la central de la Policía Local de Mislata, pero tampoco así obtuvo respuesta. Desesperado, el pasado 14 de febrero denunció el supuesto acoso ante la juez de Instrucción número 1 de Mislata, que ordenó a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía que abriese una investigación.

El litigante no firmó ninguna

La Policía Nacional revisó la documentación presentada por el denunciante y comprobó que existían indicios claros de que las propuestas de sanción eran inventadas. Sin embargo, ninguna de ellas había sido firmada por el vecino de Nicolás, sino que aparecían las rúbricas de otros cuatro agentes de la Policía Local de Mislata.

Es más, tres de ellos fueron quienes supuestamente contestaron y firmaron los respectivos pliegos de descargo planteados por el denunciado cada policía tiene la obligación de contestar a las alegaciones a las denuncias que impone, por lo que parecía descartarse que Fernando C.L. hubiese utilizado sus números de agente sin su conocimiento. La cuarta propuesta de sanción está rubricada por una agente que no ha sido detenida, aunque sí se le tomó declaración como testigo en comisaría el miércoles por la tarde. La policía se desvinculó de la denuncia y alegó que, el día que fue impuesta en su nombre, ella estaba de vacaciones.

Tras comunicar a la juez los resultados de la investigación, se programaron las detenciones para la mañana de ayer. Así, los cuatro Fernando C.L. y los otros tres agentes supuestamente implicados fueron citados a primera hora de ayer en las dependencias de la Policía Nacional, donde se les informó de su detención por un presunto delito de falsedad documental.

A primera hora de la tarde, fueron conducidos al despacho de la juez, donde comparecieron hasta las seis de la tarde. Los cuatro se acogieron a su derecho a no declarar, pese a que uno de ellos sí que había accedido a hacerlo ante la policía. La instructora decretó libertad provisional por un delito de falsedad documental y les ha fijado la obligación de comparecer los días 1 y 15 ante el juzgado.