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Tribunales

"Prefiero irme con mi hija a que su muerte quede así"

Un juez de Torrent archiva la causa pese a que los forenses, el jefe de pediatría y la policía coinciden en que la pequeña de año y medio pudo ser «zarandeada»

"Prefiero irme con mi hija a que su muerte quede así"

«Necesitamos saber qué pasó ese día, por qué mi hija ya no está. Pedimos Justicia, que por lo menos se siente ante el juez y se pongan todas las pruebas encima de la mesa». Ese era el reclamo que hacia ayer un padre desesperado ante los juzgados de Torrent después de que le notificaran que el juez había decidido sobreseer provisionalmente la causa contra el único imputado por la muerte de su hija, ocurrida en marzo de 2012 cuando apenas contaba con año y medio de vida.

La familia paterna de la menor no se explica cómo el juzgado y la fiscalía pretenden dar por cerrado el caso sin tan siquiera llevar a juicio al padrastro de la niña, persona que se encontraba con ella cuando se produjo «el traumatismo craneoencefálico con hemorragia subdural, edema cerebral e hipertensión craneal», que a la postre le causó la muerte, según queda reconocido en la propia autopsia. «Estuvo más de 40 minutos sin avisar a nadie, cualquier persona hubiera salido descalzo y la hubiera llevado al médico, ..., el ambulatorio estaba a menos de 50 metros», se lamenta entre sollozos el padre de la menor.

El Juzgado de Instrucción número tres de Torrent, encargado del caso, decretó el sobreseimiento provisional en base al informe del Instituto Medicina Legal de Valencia que, pese a reconocer que se trata de una «muerte violenta», manifiestan la «imposibilidad de establecer la etiología médico legal de las lesiones que presentaba la niña». Es decir, los forenses dicen que su muerte es compatible con el llamado «síndrome del zarandeo» pero no pueden determinar con exactitud si ésta fue «accidental o provocada».

La acusación particular, ejercida por el padre de la niña, ha presentado un recurso de reforma al entender que «existe la suficiente prueba, no simplemente indiciaria de que la menor no fue cuidada del modo en que se debió» y que «es posible que sufriera malos tratos». Además solicitan que la imputación se haga extensible a la madre de la pequeña pues tanto ella como su pareja «mintieron u ocultaron hechos o parte de los mismos que dieron lugar al violento e inesperado fallecimiento de Samara».

Tanto el jefe de la UCI Pediátrica del Hospital La Fe como la policía coinciden en señalar que la menor ingresó el 9 de marzo de 2012 con un cuadro clínico compatible con el llamado «síndrome del zarandeo». De hecho, el especialista apunta que en caso de haber sufrido una caída ésta debería de haber sido desde una altura de entre tres y cinco metros.

Según el informe de la policía judicial, «el único espacio temporal en el que pudieron tener lugar los malos tratos queda reducido al tiempo en el que el imputado se queda solo con la menor estando su madre ausente». Además, según los testimonios recabados, la menor estuvo convulsionando y agonizando casi una hora sin que éste avisara los servicios sanitarios.

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