Un niño de 12 años sufrió ayer heridas al caer accidentalmente desde la calle al interior de un parking en desuso de Alzira, de donde tardó casi media hora en poder ser rescatado dado que las puertas de acceso al recinto estaban selladas para evitar actos de vandalismo. El menor se recupera de sus lesiones en el Hospital de La Ribera y la policía investiga si había fallos estructurales que favorecieron el accidente.

Los hechos sucedieron sobre las cuatro y media de la tarde, cuando el chico estaba junto con dos amigos -otro niño y una niña- junto al respiradero de una de las bocas de acceso peatonal al aparcamiento, construido desde hace años para dar servicio a los bloques de viviendas previstas en el Bulevar de Tulell, una zona de las afueras de Alzira.

El menor se apoyó en una de las barandillas de metacrilato que protegen las rejillas de ventilación, cuando el plástico cedió por razones que se están investigando y el niño cayó hacia atrás. En lugar de caer sobre la rejilla, su espalda impactó con una plancha metálica lateral que cubría el hueco sobre el parking, que se curvó, por lo que el menor siguió cayendo hasta acabar en el suelo del aparcamiento público, casi cuatro metros más abajo.

Un policía bajó para arroparlo

El 112 recibió el aviso sobre las 16.35, y envió al lugar a la Policía Nacional, a la Local y a los bomberos, además de solicitar el envío de asistencia médica. Los primeros agentes de la Policía Nacional trataron en vano de acceder por la puerta, ya que ésta estaba sellada para evitar actos vandálicos, dado que se trata de un aparcamiento cerrado, que nunca ha entrado en funcionamiento y que se encuentra fuera del casco urbano, en una zona sin casi vecindario ni construcciones.

Mientras esperaban la llegada de la ambulancia, que tardó cerca de 20 minutos según las fuentes consultadas por este diario, uno de los agentes se descolgó por el hueco por el que se precipitó el niño y saltó al interior del aparcamiento. El policía buscaba estar junto al pequeño para atenderle y tranquilizarla hasta que se pudiera materializar su rescate.

Así, lo cubrió con una manta que le facilitaron sus compañeros y habló con él todo el tiempo, ya que el chico mantuvo todo el tiempo la consciencia.

Mientras, el resto de policías y los bomberos se afanaban por lograr abrir la puerta utilizando una palanca. Una vez que lograron arrancar el sellado, pudieron acceder al interior del parking.

Los bomberos inmovilizaron al pequeño y lo sacaron en una camilla, después de colocarle un collarín para protegerle de posibles lesiones en la columna, a la espera de que pudieran evaluarlo los médicos. Después, lo sacaron a la calle a través de la escalera de acceso peatonal.

Cuando llegó la ambulancia del SAMU, su equipo médico atendió al menor en el lugar y luego lo evacuó al Hospital de La Ribera, aunque no ha trascendido si las lesiones sufridas son graves o si carecen de importancia.