La Guardia Civil ha detenido a cinco personas implicadas en el tráfico ilegal de obras de arte expoliadas en dos yacimientos egipcios, y que utilizaron el puerto de Valencia para introducir 36 piezas que iban a ser comercializadas en el sur de Francia. Los arrestados son cuatro hombres de nacionalidad egipcia y un español, un anticuario de Barcelona que supuestamente iba a darle salida a las obras intervenidas. La Guardia Civil está convencida de que la trama que envió las piezas a España utiliza este método para financiar la Yihad con los beneficios de la venta de las obras.

La investigación, que ha llevado a cabo el grupo de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil bajo el nombre de «Operacion Heráldica», comenzó cuando, a finales de mayo, una revisión rutinaria permitió intervenir las piezas en el puerto de Valencia.

Al parecer, el escaneado del contenedor, que procedía de Alejandría (Egipto) y declaraba un envío de vasijas cerámicas, detectó que dentro de los recipientes había otros objetos. Cuando la Guardia Civil lo revisó, se encontró con una multitud de objetos, muchos de ellos actuales y meramente decorativos, pero les llamaron la atención 36 piezas que aparentaban ser antigüedades, por lo que alertaron a los agentes de Patrimonio Histórico.

Las estatuillas viajaron a Madrid para ser examinadas por expertos en egiptología del Museo Nacional de Arqueología. Semanas más tarde, dictaminaron que se trataba de piezas auténticas de casi 4.000 años de antigüedad, expoliadas en dos de los principales yacimientos de Egipto: el de la necrópolis de Saqqara, en el bajo Nilo, y el cercano de Mit Rahina, el poblado que se erige sobre lo que fue la milenaria ciudad de Menfis. Los arqueólogos también certificaron que el valor total de la cabeza de leona que representa a la diosa Sekhmet y las otras 35 piezas supera los 150.000 euros, lo que convierte su tráfico ilegal en un delito de contrabando y no en una falta.

Con ese informe en la mano, los agentes de Patrimonio Histórico comenzaron a rastrear a la persona que supuestamente había importado las vasijas: un egipcio afincado en Barcelona que realizaba su primera transacción comercial. Ese hecho ya levantó las sospechas policiales.

Tras rastrear al sospechoso y el trayecto que había seguido el contenedor, dieron con una nave en un polígono de Barcelona y averiguaron la identidad de los tres presuntos responsables: tres ciudadanos egipcios asentados en Barcelona y con antecedentes.

Además, llegaron hasta el quinto implicado, un anticuario de Barcelona con el que supuestamente habían apalabrado la canalización de las obras hacia el mercado negro.

Todo apunta a que las obras iban a ser vendidas en mercados de antigüedades del sur de Francia, uno de los países con más clientes potenciales para este tipo de piezas.

Además de las detenciones en España, la investigación llevada a cabo por la UCO ha servido para detener a dos personas en Egipto por su presunta implicación en el envío de las 36 obras a España a través del puerto de Valencia. Los dos arrestados en ese país ingresaron en prisión, mientras que los cinco detenidos en Barcelona y Terrasa, acusados de los delitos de contrabando, receptación, blanqueo de capitales y pertenencia a grupo criminal, quedaron en libertad con cargos.