La banda que se introdujo en el chalé de Miguel Veses Garzón, «El Pelaílla», en Llíria y lo asesinó tras torturarlo, habría asaltado al menos media docena de establecimientos a punta de escopeta recortada.

Según ha podido saber este diario, se les imputa en torno a media docena de atracos, pero los agentes sospechan que están detrás de un número mayor. A eso se agrega que se sospecha que son los autores de un alto número de robos con fuerza en viviendas de Valencia, Castelló y otras provincias.

Como publicó ayer Levante-EMV, agentes del grupo de Homicidios de la Guardia Civil lograron detener a cinco hombres como presuntos autores del brutal asesinato, tan sólo tras dos meses de investigación.

Los agentes arrestaron simultáneamente a dos de ellos en Llíria y tres en Almassora. En los registros realizados en la madrugada del viernes los guardias se intervinieron de varias pistolas y recortadas. Fue en enero cuando Miguel Veses, conocido en Llíria como «El Pelaílla» por pertenecer a una familia de horneros, apareció asesinado en su chalé, en la urbanización San Miguel de Llíria.

Ese día había quedado por la mañana con su hijo y unos amigos para almorzar en un bar del municipio y estos se extrañaron por su retraso, así que decidieron ir a buscarlo a su vivienda. No contestaba al teléfono y la policía había localizado el coche de Miguel en una calle de la Vall d’Uixó, en Castelló. Precisamente a medio camino entre Llíria y Almassora, donde se detuvo a tres de los sospechosos.

La inspección de este vehículo, junto a la ubicación de los detenidos en la noche del crimen han sido importantes claves que han llevado a la culminación de la investigación.

Al entrar a la casa, el hijo y un amigo se encontraron con el cuerpo sin vida de Miguel, semidesnudo y atado de pies y manos con un cable de la luz. Tenía golpes por todo el cuerpo.

Asfixiado y torturado

La autopsia reveló que había muerto de forma violenta, asfixiado al taponarle las vías respiratorias. Antes había sido torturado a golpes. El móvil del crimen fue el robo, según las investigaciones realizadas por los agentes.

Todo apunta a que los presuntos autores del asalto le golpearon para que «El Pelaílla» les dijera en qué lugar de la casa guardaba aparentemente dinero. Muchas personas del pueblo eran conocedoras que de que solía cobrar en mano los alquileres de varias propiedades que tenía arrendadas.

Además, al parecer le gustaba hacer ostentación de su poder adquisitivo. Como señalaron en enero a este diario conocidos de la víctima, en alguna ocasión le habían advertido de que no fuera por ahí mostrando los fajos de billetes que llevaba encima tras cobrar los alquileres.

Las detenciones se precipitaron a las cinco de la madrugada del viernes porque los dos sospechosos de Llíria estaban a punto de dejar el chalé en cual vivían alquilados.

Unos 50 guardias civiles encabezados por Homicidios trabajaron en la operación simultáneamente en Llíria y Almassora, apoyados por un helicóptero, agentes de Seguridad Ciudadana y del GRS3.