Un joven de 24 años y nacionalidad colombiana ha sido absuelto por un delito contra la seguridad vial tras causar un accidente en Alfafar, en noviembre de 2011, en el que resultaron heridas dos personas. El Juzgado de lo Penal número once de Valencia lo absuelve de todos los cargos, en una sentencia ratificada ahora por la Audiencia Provincial, al no contar con la pertinente prueba de alcoholemia y por lo tanto no poder probar que el conductor circulaba ebrio, como así manifestaron los policías y testigos durante el juicio.
De hecho, aunque la citada sentencia considera probado que el acusado «circulaba a velocidad excesiva y no respetó la fase roja del semáforo», el juez explica que se ve en la obligación de absolverlo como marca el principio de «in dubio pro reo». «Si el Tribunal no puede obtener un juicio de certeza en el relato incriminatorio del que se acusa debe inclinarse por la versión más favorable al reo», argumenta, en base al «derecho fundamental a la presunción de inocencia».
La clave de todo está en que no se le llegó a practicar la prueba de alcoholemia al conductor. En un primer momento porque éste abandonó el lugar del accidente y posteriormente, tras su detención, porque al ser trasladado al ambulatorio tampoco se le realizó la extracción de sangre que él mismo asegura que solicitó.
Resulta paradójico que incluso el propio acusado reconociera que había bebido en tono irónico estando en el ambulatorio, pero que al negarlo durante la vista oral se tenga en cuenta este último testimonio para desacreditar las declaraciones del resto de testigos. Pese a ello, el juez en su sentencia recuerda que el acusado no está obligado a decir la verdad. «Si bien es verdad que el acusado refiere que ha consumido bebidas alcohólicas y la médico hace constar en su diagnóstico 'probable ingesta alcohólica', cuando realiza la exploración el acusado no presenta ningún signo de hallarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas», aclara la sentencia.
Es este hecho y la carencia de una prueba en sangre o en aire espirado «la que introduce una duda de cómo se produjeron los hechos y si el acusado cuando conducía el vehículo lo hacía bajo los efectos del consumo de bebidas alcohólicas», sostiene el juez para absolver al acusado.
El Ministerio Fiscal presentó un recurso de apelación contra dicha resolución, pero la Audiencia Provincial de Valencia lo ha desestimado y ha confirmado la sentencia absolutoria.
