Alemania recordó ayer con solemnidad y emoción a las víctimas del avión de Germanwings en un funeral de Estado donde se brindó consuelo a 500 familiares y se homenajeó a los voluntarios que actuaron de «ángeles» en esa tragedia colectiva. Ciento cincuenta velas idénticas junto al altar mayor de la catedral de Colonia presidieron la ceremonia, una por cada víctima del siniestro -entre ellas las valencianas Pilar Vicente Sebastián, de Meliana, y Estela Miguel Vázquez, de Torrent-. También hubo una para el copiloto Andreas Lubitz, que estrelló intencionadamente el Airbus 320 que cubría el trayecto Barcelona-Düsseldorf el 24 de marzo.

«Fue una tragedia que nos desgarró el corazón, resultado de un acto sin sentido, pero que nos dejó una lección de solidaridad», resumió el presidente alemán, Joachim Gauck. Al acto asistió la plana mayor de la política alemana, encabezada por la canciller Angela Merkel, así como el ministro del Interior español, Jorge Fernández Díaz. «No hay palabras para describir el dolor inmenso que provocó esa única persona, decidida a arrastrar a muchos otros a una muerte que buscaba para sí misma», dijo Gauck.

Más allá de los discursos, la solidaridad se plasmó en el interior de la catedral cuando decenas de voluntarios entraron en el templo, uniformados, arropando a los familiares, tomándoles de la mano hasta sus bancos y dándoles consuelo.