El padre de Jonás Q. T., el vecino de El Palmar que se enfrenta a 28 años de cárcel por asesinar a un amigo de la familia, admitió ayer que encontró a su hijo «muy nervioso» cuando el joven llegó a su casa, «con el coche y la escopeta, porque venía de cazar», y dos guardias civiles (que buscaban la casa de la víctima tras recibir el aviso por «el tiroteo») le pidieron la documentación.

El progenitor del acusado admitió al fiscal, con la voz quebrada, que cuando se enteró que lo habían detenido «se me cayó el alma a los pies. Un amigo que tenía... Y mi hijo... ¿Usted qué se imagina?». A preguntas del magistrado que preside el juicio, José María Tomás y Tío, el padre de Jonás contó que su hijo «me dijo que había matado al tío Luis porque le dieron dos bofetadas y se asustó». La madre del acusado explicó que la víctima llegó a hablar con Jonás por los robos que había sufrido en su casa «pero nunca nos dijo que sospechara de nuestro hijo». Jonás Q. T. asiste a todos los testimonios, incluido el de sus padres, con la cabeza agachada y tapándose el rostro.