El crimen ocurrido ayer no es, desgraciadamente, un caso aislado en la Comunitat Valenciana. Es más, no ha pasado ni un mes desde que otro menor muriese a manos de un familiar en Alicante. Sucedió en Torrevieja el día cuatro de mayo, cuando un hombre de 49 años de origen español apuñaló mortalmente a un niño de 10 años. La pareja del agresor y madre del pequeño llamó a los agentes de la Guardia Civil para decirles que el hombre estaba maltratándola y al llegar encontraron muerto al menor y al agresor herido, tras autolesionarse.

Por otro lado, en 2014 otro caso muy sonado fue el de una madre de tan sólo 18 años que mató de una puñalada a un bebé recién nacido y a continuación se deshizo del cadáver tirándolo al contenedor.

La joven acudió a un centro hospitalario y los sanitarios detectaron rápidamente que acababa de dar a luz. Al no ver que llevara al bebé junto a ella, los médicos comenzaron a sospechar y llamaron a las fuerzas de seguridad. La chica, que hasta entonces había tratado de esconder su embarazo, finalmente se derrumbó y confesó lo ocurrido.

Los agentes confirmaron su versión tras encontrar el cadáver con una herida mortal, metido dentro de una bolsa de basura en un contenedor.

La misma localidad alicantina fue el escenario también en 2014 de un asesinato de un bebé por parte de su madre, una mujer de Suiza que había salido del país con el pequeños que sufría hidrocefalia. Los agentes estaban alertados sobre su busca y captura y la lograron localizar en un centro comercial de Torrevieja.

Ambos fueron trasladados hasta el hospital para que el pequeño recibió el tratamiento médico que necesitaba de forma urgente.

La madre aseguró que iba a bañar al pequeño, que estaba custodiado por los agentes, y en ese momento lo asesinó de varias puñaladas. Tras el crimen intentó quitarse la vida cortándose el cuello con el mismo cuchillo que nadie sabía que portaba encima.

Sin embargo fue operada de urgencia y salvó la vida.