Aprovechando la algarabía y el jolgorio de la noche electoral, una banda de butroneros desvalijó una joyería del distrito valenciano de Algirós tras hacer hasta tres agujeros en la pared de los establecimientos comerciales adyacentes -una peluquería y un quiosco-, de donde también sustrajeron género. «Se han llevado todos los chicles, las cajas de Chupa-Chups y hasta los huevos Kinder», lamentaba extrañada por este insólito botín la dueña del quiosco asaltado. «Han ido arramblando con todo lo que podían llevarse a su paso», añadía la propietaria de la peluquería. Pero el plato fuerte se lo reservaron para el final. En la joyería los ladrones se tomaron su tiempo y fueron seleccionando aquellas piezas de oro y plata de más valor, desvalijando expositores y cajones del local, para apoderarse finalmente de un cuantioso botín aún por determinar.

Los delincuentes accedieron a estos tres establecimientos a través de un primer butrón en el cuarto de contadores de una finca de la calle Impresor Lambert Palmart de Valencia. Se sospecha que este robo múltiple se produjo entre la una y las cuatro de la madrugada, tiempo durante el cual una vecina del edificio asegura haber escuchado ruidos. No obstante, esa noche no alertó a la policía al atribuir los golpes a unas molestias causadas por otra vecina de la finca.

«Han estado más de cuatro horas seguro, aquí se han recreado y hasta se han puesto a comer saladitos y beber cocacola», asegura Rosa. De hecho, los ladrones realizaron un segundo butrón desde la peluquería para acceder al quiosco y una vez en éste movieron una nevera que estaba pegada a la pared y tuvieron que desmontar unas planchas de metal de las utilizadas para aislar la zona donde antiguamente almacenaban petardos en época de Fallas. Todo este esfuerzo, así como el hecho de que unos centímetros más hacia la izquierda se hubieran topado con una pesada estantería al otro lado de la pared, en la zona de taller de la joyería, hace pensar que los delincuentes sabían la distribución de los locales y el lugar exacto dónde realizar el agujero.

Además, una vez en el interior de la joyería los ladrones eludieron el detector de la alarma y rompieron el cableado de la misma para inutilizarla y así moverse con total libertad por todo el local. «Sabían a por lo que iban, han seleccionado lo más caro», indicó el joyero insistiendo en que se trata de profesionales.

«Cuando nos han llamado de buena mañana y hemos venido a ver qué había pasado el local estaba patas arriba, los cajones revueltos, el género por el suelo, los expositores rotos», relata Pedro. Los ladrones se llevaron todo el oro y las piezas de plata más vistosas, así como relojes y género del taller. A falta de hacer un recuento total de las pérdidas el importe sustraído es cuantioso, aunque no llegaron a forzar la caja fuerte, según destacaron estas mismas fuentes.

Agentes del grupo de científica de la Policía Nacional estuvieron ayer por la mañana tomando huellas en los tres establecimientos asaltados, aunque todo apunta a que los ladrones habrían utilizado guantes. En la peluquería sustrajeron un secador, una plancha del pelo y un cortapelo. Mientras que en el quiosco robaron una mochila de adulto donde cargaron todo aquello que pudieron, desde chicles hasta cajas de cromos.