De nuevo los agentes de la Policía Nacional han detenido a otro delincuente que se hacía valer de internet y las amenazas de chantaje como «arma» para lograr abusar de un menor. En este caso la víctima ha sido una niña de tan sólo 12 años, con la que el presunto agresor contactó tras ocultar su verdadera identidad a través del anonimato que proporcionan las redes sociales y de mensajería móvil.

Según informaron fuentes de la Jefatura Superior de la Policía Nacional de Valencia, la detención se produjo hace aproximadamente un mes, después de que la madre de la niña descubriese en el teléfono de su hija, que recibía mensajes de un conocido de la familia a través de una red social, en los cuales le chantajeaba diciéndole que iba a publicar informaciones humillantes sobre ella en internet. El hombre, de 41 años, también le había asegurado en esas conversaciones que si no accedía a cumplir sus deseos sexuales le secuestraría sus cuentas en las redes sociales tras piratearle sus dispositivos móviles.

Hasta ese momento, la familia de la pequeña había confiado en el hombre, que según explicaron fuentes policiales, les transmitía cierta seguridad y confianza al ser un hombre casado.

Contacto con engaños

Según pudieron averiguar los agentes de la Policía Nacional de Valencia, todo comenzó cuando el hombre contactó con la menor para entablar conversación, haciéndose pasar por un menor, para así ganarse su confianza.

Al parecer, estas conversaciones por una red social hicieron que entablaran cierta amistad. Finalmente, el hombre le confesó a la niña que realmente tenía 41 años, una circunstancia que hizo que la menor intentase romper el contacto con el hombre.

Comienzan los chantajes

Sin embargo, no se atrevió a dar el paso puesto que el agresor empezó a chantajearle y amenazarle, asegurándole que iba a difundir por la redes sociales información sobre ella que la podía humillar.

Así, la menor accedió a continuar la relación y a verse en persona con el hombre. Según la policía, a pesar de la gran diferencia de edad, y de que ella se trataba de una menor, la familia no se oponía a esta supuesta amistad, porque se fiaba del hombre y no sabía lo que realmente pasaba.

Además, el hombre utilizaba otras artimañas para que la pequeña accediese a verle, como asegurarle que iría al encuentro con sus hijos. Realmente no era así, y cuando se encontraban finalmente a solas, presuntamente el hombre aprovechaba para cometer los abusos sexuales.

Es más, el hombre animaba también a tener encuentros a cambio de regalos caros o haciendo a la menor promesas relacionados con sus estudios.

Tras sus investigaciones, los agentes de la policía detuvieron al hombre, acusándole de un presunto delito de abusos sexuales y otro de corrupción de menores.