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Operación policial

Desmantelan una banda que vendía droga en prisión y extorsionaba a reas

La cabecilla controlaba la red desde la cárcel de Picassent y recibía los pagos a través de cuentas bancarias

La vida en prisión de un grupo de reas que muestra la serie televisiva «Vis a vis», con palizas, violaciones y asesinatos entre rejas, está muy alejada, por fortuna, de lo que es la realidad carcelaria en España. No obstante, dejando la ficción a un lado, más propia del cine americano, en el centro penitenciario de Picassent se ha desmantelado una red liderada por una presa que introducía droga aprovechando precisamente estos vis a vis con su novio. La cabecilla de la organización controlaba desde dentro de la cárcel valenciana dicha red, lograba que otras reas le pagaran por la droga a través de cuentas bancarias y contaba con dos presas que extorsionaban a aquellas que se negaban a pagar la mercancía. Para muchas internas del módulo de mujeres era la «Zulema de Picassent».

La Guardia Civil, con la estrecha colaboración de funcionarios del centro penitenciario de Picassent, ha logrado poner fin a esta trama que habría introducido en prisión pequeñas cantidades de heroína, hachís y cocaína desde el año 2012. Asimismo, la cabecilla de la organización, de unos 35 años y nacionalidad española, ha sido trasladada a la cárcel de Castelló y separada así de las otras dos reas imputadas por extorsionar a las internas que compraban la droga para obligarlas a pagar la mercancía que el novio y un familiar de la principal acusada introducían en los vis a vis.

La cabecilla de esta red de tráfico de drogas ideó presuntamente una novedosa forma de cobrar al resto de internas por la venta de sustancias estupefacientes dentro de prisión. Según fuentes próximas al centro penitenciario, la sospechosa se aprovechaba de aquellas reas con mayor dependencia, muchas de ellas adictas a la heroína, y les suministraba inicialmente droga a coste cero. Después, una vez que habían recaído en su adicción, les exigía el pago de la droga mediante ingresos en cuentas bancarias supuestamente a nombre de familiares de éstas pero que realmente pertenecían a la propia imputada.

Funcionarios de seguridad de la cárcel de Picassent pillaron en uno de los vis a vis cómo el novio de la cabecilla, de origen senegalés, trataba de introducir la droga. Además, detectaron que en los listados de ingresos que realizan las presas a familiares en el exterior de la prisión, y que deben ser autorizados por el personal penitenciario tras notificar el número de cuenta y el nombre de la persona que va a recibir el dinero, había varias cuentas que se repetían en reas sin ninguna conexión aparente.

7.000 euros en tres años

La Guardia Civil probó posteriormente que estos números eran en realidad de familiares de la cabecilla de la red y que los ingresos correspondían presuntamente a pagos efectuados por las internas por la droga recibida. Mediante éste método de familiares ficticios la cabecilla de la banda se habría apropiado de unos 7.000 euros en los últimos tres años. Una considerable cuantía teniendo en cuenta que los pases de droga eran siempre de pequeñas cantidades, apenas unos gramos, de heroína, hachís y cocaína.

El Juzgado de Instrucción número tres de Picassent, encargado del caso, ha tomado declaración a los cinco imputados en esta presunta trama que introducía droga en prisión. Dos de ellos, el novio y la hermana de la cabecilla, se encuentran en libertad con cargos acusados de un delito contra la salud pública y pertenencia a banda organizada. Mientras que la principal acusada y sus dos compinches dentro de la cárcel siguen en prisión pero han sido separadas en distintos centros penitenciarios.

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