El conductor de la moto que arrolló el 29 de junio la terraza de un bar en el barrio de Benicalap, y que provocó la muerte de una mujer de 74 años y dejó a otras 16 personas heridas circulaba aproximadamente a 103 kilómetros por hora. Según señaló a este periódico la responsable del área de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Valencia, Sandra Gómez, el atestado con las conclusiones provisionales apunta a que hubo un «evidente exceso de velocidad».
Es más, Gómez indicó que según este documento, el joven circulaba a unos 103 kilómetros por hora. Asimismo, apuntaba que al parecer, y como argumentó el conductor en su momento, se le cruzó un turismo, lo que provocó que tuviese que hacer un cambio brusco de dirección.
Como adelantó en su momento Levante-EMV, los primeros trabajos de la policía sobre el terreno indicaban que iba circulando a una velocidad superior a 80 kilómetros por hora, una cifra que según el atestado provisional se eleva hasta los 103 kilómetros por hora, en una vía en la que tan sólo se puede circular a 50 kilómetros.
Dado el exceso de velocidad, el conductor perdió el control de su motocicleta de gran cilindrada y acabó arrollando una terraza situada en el número 211 de la Avenida Burjassot, que en ese momento, a las 20.30 horas, se encontraba repleta de clientes.
Mientras que el conductor de la moto apenas sufrió algunas magulladuras y rasguños, en la cafetería hasta 17 personas tuvieron que ser atendidas por los servicios de emergencia, entre ellos un bebé de apenas once días de vida.
El piloto se soltó
La tragedia quiso que una vecina de 74 años que estaba tomando un refrigerio, muriese en la misma calle tras el intento de los sanitarios por recuperarla de una parada cardiorrespiratoria.
El conductor se soltó de la pesada motocicleta, la cual continuó disparada a toda velocidad contra los clientes del bar, y que golpeó sillas y mesas con brutalidad. En el momento del sucesos se le tomó una muestra de sangre para determinar si había consumido alcohol o alguna sustancia estupefacientes, si bien a priori los agentes de la Policía Local no detectaron signos externos de influencia de bebidas.
El joven, con 28 años recién cumplidos, fue dado de alta la misma noche del accidente y fue interrogado.
