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Robo

Sustraen un cáliz de una sacristía un mes después del robo de hostias consagradas

El ladrón ató tres escaleras para acceder a la iglesia de Santa María del Mar por la parte trasera

Fachada principal de la iglesia de Santa María del Mar, en la avenida del Puerto de Valencia. levante-emv

Menos de un mes después de que un ladrón robase alrededor de una docena de hostias consagradas de la capilla del Hospital Arnau de Vilanova, otro delincuente sustrajo en la madrugada de ayer un cáliz de la sacristía de la Parroquia de Santa María del Mar. Dos robos consecutivos de objetos fundamentales en la liturgia católica que, aunque guardan algunas diferencias entre sí en el modus operandi, han despertado las alarmas ante la posibilidad de que se trate de acciones cometidas por los mismos autores y que su fin sea emplearlos en algún tipo de rito satánico.

De hecho, el párroco de San Josemaría Escrivá y de la capilla del Arnau, Jorge Molinero, ya alertó a la policía de que temía que el robo de las hostias consagradas tuviese como fin último su uso en la celebración de misas negras.

Otro dato que refrenda esa posibilidad es el escaso valor económico de ambos botines y su cercanía en el tiempo en una ciudad, la de Valencia, donde son muy escasos los robos en iglesias, más allá del hurto ocasional de algún cepillo.

El último asalto se produjo en la noche del lunes al martes, y el ladrón accedió al interior de la emblemática iglesia de Santa María del Mar, punto de encuentro de las procesiones de la Semana Santa Marinera, salvando sus elevados muros con tres escaleras atadas entre sí. El autor del robo entró por la parte trasera, la que recae a la estrecha calle del Cristo del Grao, y acabó rompiendo una ventana para penetrar en el templo.

No quiso llevarse nada más

Una de las teorías que se manejaron inicialmente es que su objetivo fuese la vivienda del párroco y que decidiese entrar en la sacristía al no poder acceder al domicilio del cura.

Sin embargo, el hecho de que, una vez en el recinto que utiliza el sacerdote, optara por llevarse únicamente el cáliz, lleva a pensar que ese era realmente su objetivo, ya que desechó engordar su botín con otros efectos igualmente susceptibles de ser vendidos en el mercado negro de los metales o en cualquiera de los rastrillos donde se acumulan cada fin de semana objetos robados que se venden como si fuesen de segunda mano.

El robo fue descubierto por el sacerdote a primera hora de la mañana de ayer, y el hombre llamó inmediatamente a la Policía Nacional. El caso ha sido asumido por el grupo de Robos de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de Valencia, que espera el informe de la Policía Científica para saber si sus especialistas han encontrado huellas o tras biológicas del autor que puedan contribuir a su identificación, algo que sólo sucederá si ya tiene antecedentes.

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