«¡Corre, llama a la policía, ayuda!». Estas son las palabras que supuestamente le dirigió un hombre de 60 años al dependiente de un bazar, ambos de nacionalidad china, tras encontrar el sexagenario en su casa a su mujer y su nieta apuñaladas. Los hechos ocurrieron ayer, en un piso del número 21 de la calle Tomás de Villarroya, en el barrio de la Creu Coberta, en Valencia. Las dos víctimas, de 62 y 10 años, fueron halladas por el abuelo de la menor alrededor de las 14.30 horas, con evidentes signos de violencia y ya fallecidas. La Policía Nacional detuvo en Castelló horas después, a las 20.30, a una mujer en relación con el doble homicidio. Según fuentes de la investigación es familiar de las fallecidas, aunque no trascendió en qué grado.

«He visto correr al abuelo por la calle y entrar al comercio de al lado a pedir ayuda», señaló a Levante-EMV Alejandro Liñana, propietario de un bar que se encuentra justo enfrente del lugar del crimen. El dependiente del bazar chino, quien llamó a la policía automáticamente, hizo también de intérprete en un primer momento entre el hombre y los agentes desplazados hasta el lugar de los hechos. «El señor ha entrado aquí muy nervioso. Nos ha gritado eso y se ha vuelto a ir en dirección a su casa. No ha estado ni cinco segundos», explicó el joven empleado.

Hasta el número 21 de esa vía se desplazó también una ambulancia del SAMU, aunque pronto se confirmó la muerte de las dos víctimas y acudieron los servicios funerarios y la policía científica. Tanto el piso 31, en la octava planta de la finca, como el portal y el comercio donde había entrado a pedir auxilio el abuelo de la víctima, fueron acordonados en busca de posibles pruebas. Los agentes peinaron la zona y los contenedores de basura para intentar dar con el arma homicida u otros rastros que hubiera podido dejar el autor del doble crimen.

Hasta pasadas las 17 horas no se abrió el cordón del bazar, con el que, según el propio dependiente, la familia de las fallecidas no guarda ninguna relación. Un grupo de agentes se quedó haciendo labores de vigilancia en el portal tras el levantamiento de los cadáveres, que tuvo lugar a las 16.30 y a las 16.45 horas. En la vivienda residen habitualmente dos niñas -una de unos 5 o 6 años, y otra de unos nueve o diez, ahora fallecida-, los padres de éstas y los dos abuelos (paternos), todos ellos de nacionalidad china. Según los vecinos, llevan allí en régimen de alquiler desde 2010.

Un gran número de vecinos y curiosos se acercó ayer hasta el lugar, entre ellos, amigos compatriotas de las fallecidas. Nadie daba crédito a lo sucedido. «Son personas decentes», repetía uno de los allegados. Junto al portal, distintos familiares rompían a llorar al conocer la noticia. «¡Tenía diez años!», exclamaba una mujer en alusión a la menor asesinada.

La familia presta declaración

El grupo de Homicidios de la Policía Nacional centra sus investigaciones en el círculo familiar más cercano a las víctimas. Varios familiares prestaron declaración para intentar esclarecer los hechos, entre ellos el abuelo, que salió del domicilio acompañado por agentes. El juzgado de instrucción número 16 es el que se ha hecho cargo de la investigación, sobre la que se ha decretado secreto de sumario, según informó el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).

Según los vecinos del matrimonio, la familia regenta un bazar en la calle Músico Cabanilles, en el vecino barrio de Sant Sant Marcel·lí. Normalmente son los dos abuelos y sus hijos los que se hacen cargo del negocio. «La nuera - en referencia a la madre de la menor asesinada- pasa menos tiempo en la tienda», explica un vecino. Distintas fuentes aseguraron que en ocasiones, por las noches se oían ruidos y golpes en la vivienda. Además, añadieron que la mujer podría sufrir algún tipo de problema psicológico. «Bebía mucho y siempre iba dando voces».