El hallazgo de un misterioso cadáver ha agitado a los vecinos del pequeño municipio castellonense de Tales. Las circunstancias que rodean al esqueleto de lo que parece ser un cuerpo humano aparecido en la Sima d'Alt, boca abajo, con las manos atadas a la espalda y con una piedra sobre el cráneo destrozado, apuntan a un posible crimen aunque, de momento, la Guardia Civil no ha confirmado nada.

El cadáver fue encontrado el pasado sábado por Lee Galea cuando salió a explorar la conocida montaña junto a dos compañeros más, Eliseo Romero y José Chilavert, todos ellos pertenecientes al Club de Espeleología de Castelló, y el independiente Daniel Ibarra. Tras adentrarse por una boca de unos 20 metros de largo y unos cinco en la parte más ancha, los espeleólogos descendieron por una cima de unos 30 metros de profundidad que ya estaba topografiada anteriormente.

Sin embargo, al llegar al recoveco, decidieron adentrarse por él por si encontraban una nueva sala. Y la localizaron, pero no solo eso. Fue Lee quien, tal como relató ayer, se adentró en una de las cavernas y encontró una mandíbula.

Según explica, «el cuerpo estaba cubierto de piedras, como escondido, y sobre la cabeza una roca de grandes dimensiones aplastando el cráneo. El resto del cuerpo estaba en perfecto estado y por la dentadura parece que sea una persona de unos 20 años».

Según fuentes consultadas por Levante-EMV, el cadáver se encontraba en una zona de difícil acceso por lo que las primeras hipótesis apuntan a que hubo intención de esconderlo. Según el espeleólogo, «el cadáver no pudo llegar a ese sitio de manera natural», una versión que, parece, también baraja la Guardia Civil.

Por la ausencia de cabello y tejidos el cadáver podría datar de hace varias décadas, aunque será el informe forense el que determine la fecha exacta. «Solamente quedaba lo que parecía un poco de calcetín y el rastro de un material negro», añade Galea.

Pese a que el hallazgo se produjo el pasado sábado, no fue hasta ayer cuando el Grupo de Especialistas de Montaña de la Guardia Civil (Greim) y un helicóptero de apoyo se desplazaron al lugar de los hechos. Junto a los agentes también estaba Daniel Ibarra y Lee Galea, que conocen la zona.

Difícil acceso

La tarea de rescate era complicada, ya que la sima se encuentra en un lugar de difícil acceso. Tras descartar el uso del helicóptero, la expedición subió en todoterreno a un aparcamiento de la falda del Montí y desde allí fueron a pie. Accedieron a las 12.20 horas y salieron a las 16.40 horas. La sima se ubica en un lugar revisto de cierto halo de tragedia. Durante la Guerra Civil, una madre que se refugió de los bombardeos perdió a su hijo y los dos brazos que lo sujetaban.

El precedente de Dos Aguas

Esta no es la primera vez que aparecen restos óseos en recovecos de la geografía valenciana. En febrero de 2013, otros huesos fueron encontrados en el fondo de una sima en Dos Aguas por un grupo de cuatro espeleólogos. El grupo de la Guardia Civil que estaba estudiando el caso barajó la posibilidad de que el cadáver encontrado estuviera descuartizado, ya que faltaban algunas piezas. En aquel momento, se dio por hecho que se trataba de un homicidio.

Los forenses que estudiaron los que los restos observaron una profunda hendidura que presentaba el cráneo en su parte derecha, entre la sien y el lugar que ocupó en su momento la oreja. Los expertos creían que la lesión fue realizada con una herramienta, posiblemente un hacha o incluso una azada, por lo que se descartó que se trate de una muerte accidental ocurrida al golpearse contra el filo de una piedra.