El acusado de propinar una paliza a Marita, una anciana de Albal, ha negado, en el primer día del juicio, haber estado en casa de la mujer el día de los hechos. La otra imputada en el caso ha alegado que no alertó a la policía porque estaba amenazada por el hombre. Por su parte, la víctima, de 92 años, ha reconocido en el juicio a los acusados como las personas que entraron en su casa el día de la paliza.

Ambos están acusados agredir brutalmente a la mujer. Una vez en el interior de su casa, el hombre, de origen rumano, comenzó a golpearla sin piedad mientras la otra encausada realizaba presuntamente labores de vigilancia desde la puerta. Tras dejarla moribunda huyeron del lugar con un botín valorado en unos 4.000 euros, entre joyas y dinero en metálico. Con lo que no contaban los ladrones es con el carácter irreductible de la anciana quien, tras pasar casi dos meses en estado de coma, se recuperó de las lesiones y hoy ha podido declarar contra ellos.

Además, una cámara de seguridad instalada en el recibidor de la casa captó la brutal paliza y ello permitió a los investigadores dar con los presuntos agresores.

Los dos acusados se enfrentan ahora a una posible pena de once años de prisión por los delitos de robo con violencia e intimidación en casa habitada, con la circunstancia agravante de abuso de confianza, y por lesiones con la agravante de alevosía. En el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Valencia no estará finalmente, ni como imputado y ni siquiera citado como testigo, el expárroco de Albal, quien fue investigado en su momento por la Guardia Civil por un posible delito de encubrimiento.